Ayer, mientras los titulares y las reacciones se precipitaban tras el anuncio de la abdicación del Rey, muchos melillenses inevitablemente echaron la vista atrás hacia el 6 de noviembre de 2007. Una fecha que está grabada a fuego no solo en una placa de bronce a la entrada de la Casa del Pueblo, que es el Palacio de la Asamblea, sino también en la memoria colectiva de una ciudad que se echó a la calle para recibir a Don Juan Carlos y Doña Sofía en una visita histórica. El presidente del Gobierno de Melilla, Juan José Imbroda, fue uno de los que lo hizo subrayando que “siempre habrá un antes y un después” de aquel día, que fue la máxima expresión de lo mucho que los Reyes de España han estado volcados con nuestra ciudad en todo momento. “Desde Melilla y el Gobierno de la ciudad, lo más importante que tengo que decir es que debemos una gratitud eterna a los Reyes, especialmente a Don Juan Carlos, porque siempre ha estado volcado con Melilla”. Éstas fueron de las primeras palabras de Imbroda en su valoración sobre la decisión del Rey de abdicar la Corona, apenas unos minutos después de haber escuchado en su despacho el mensaje institucional de Don Juan Carlos.
Para Imbroda, las palabras ayer del todavía Rey de España “han sido profundas, cercanas y han demostrado realmente la talla humana y como Jefe de Estado que ha tenido y tiene Su Majestad”. Palabras que en opinión del presidente melillense, “son un compendio de virtudes de lo que un buen gobernante debe hacer y lo que ha hecho por España cerca de 40 años”.
Casi cuatro décadas de las que Imbroda ha vivido la última y media como presidente de Melilla. Un periodo de tiempo en el que dijo haber sentido el cariño, el interés y la cercanía que el Rey siempre ha mostrado por nuestra ciudad “en cualquier audiencia” que ha tenido con él, la última el 1 de octubre de 2012, cuando Don Juan Carlos impuso la Cruz Laureada de San Fernando al Regimiento de Caballería Alcántara número 10 en un acto muy solemne en el que también estuvieron presentes los Herederos, los Príncipes de Asturias, que en apenas unos días subirán al trono.
Imbroda recordó con mirada nostálgica que el interés del Rey por nuestra ciudad también ha sido muy palpable “en cualquier contacto que haya habido en cualquier parte del mundo en el que alguna autoridad cercana a Melilla le haya planteado algo”, momento en el que Don Juan Carlos “siempre ha estado presto para hablar de Melilla y bien, y para mandar un cariñoso saludo para los melillenses”.
El 6 de noviembre de 2007, el Rey pudo hacerlo en persona con su viaje histórico a nuestra ciudad. Imbroda calificó aquel día como “la culminación” y “un espaldarazo a nuestra ciudad”, ya que la presencia institucional del Rey de España en Melilla “dijo muchísimo” en cuanto al presente y futuro de nuestra ciudad incardinado para siempre en España y Europa.
“Cada día más”, dejó claro Imbroda al insistir en que para Melilla “siempre habrá un antes y un después de la visita de los Reyes de España” a esta ciudad hace justo ayer 2.400 días, en la que se vivieron “momentos muy memorables y muy cercanos a la memoria de los melillenses, que hemos gozado de la presencia de los Reyes aquí”.
Sentimientos encontrados
Imbroda, en su comparecencia, reconoció tener sentimientos encontrados ante este instante histórico que atraviesa España. “Hoy [por ayer] es un día pesaroso para mí, y gozoso por la transición, la continuidad y lo que es el funcionamiento de nuestras instituciones democráticamente con la estabilidad que se va a producir”. La marcha de Juan Carlos I y la llegada de Felipe VI significará que “un Rey constitucional se va y viene otro”, algo que “no saben” las generaciones de españoles que no vivieron la dictadura franquista.
El presidente melillense, tras reconocer que las vivencias que ha tenido con Don Juan Carlos son “imborrables” y que le acompañarán siempre, dio las gracias al Rey “por lo que ha hecho por España y por Melilla, por supuesto”. Y también se puso a disposición de su Heredero “con plena lealtad” como persona y como presidente de la Ciudad Autónoma.
Defensa ante las críticas
El mandatario melillense, como ya había hecho en otras ocasiones anteriores, volvió a salir ayer en defensa de Don Juan Carlos ante las “críticas malintencionadas” que ha recibido en los últimos años, sobre todo a raíz de los problemas judiciales de la Infanta Cristina.
“Yo no entendí nunca las críticas que por cualquier circunstancia se le hacían al Rey, porque si España en estos 40 años ha alcanzado la estabilidad política, social, la libertad y el progreso y se ha puesto a la cabeza de las potencias económicas más avanzadas del mundo, ha sido gracias a esa Transición, a esa lucidez que tuvo el Rey para ver lo que tenía que hacer con España en el futuro”, aseveró Imbroda.
En concreto, se refirió al papel que ejerció Don Juan Carlos como Jefe de Estado en el intento de Golpe de Estado del 23 de febrero de1981, en el que “rompió la posibilidad de una involución”. “El Rey fue el que lo rompió, no vayamos a confundirnos”, aclaró Imbroda al apuntar que entre la opción de los golpistas, que hubiese condenado a España al “abismo”, y la “visión clara del futuro de España”, el Rey optó por la segunda “con un rompimiento” para que nuestro país alcanzara “un estatus”.
“Y lo hizo con el gran riesgo que comportaba aquello”, siguió rememorando Imbroda, que dijo que él estará “eternamente agradecido” por la postura que el Rey tuvo el 23-F.
