La Guardia Civil se ha incautado en los últimos días de más de 50 kilos de droga en dos intervenciones independientes en el puerto de Melilla, en el registro previo al embarque. Con estas dos actuaciones, en las que han sido detenidos un holandés y un marroquí, el instituto armado evita la puesta en circulación de más de 200.000 dosis en el mercado ilícito de sustancias estupefacientes. En una nota de prensa, la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla informó ayer de que la primera de estas dos intervenciones contra el narcotráfico tuvieron lugar el pasado 2 de junio durante el control de seguridad a los vehículos que pretendían embarcar en el buque de Motril.
Los agentes encontraron en una furgoneta Volkswagen LT-35-A de matrícula holandesa 28 kilos de polen de hachís que estaban escondidos en un doble fondo construido como si fuera una caja hermética de madera, que estaba atornillada al suelo. En su interior había 27 paquetes de hachís que pesaban en total 28 kilos.
La Guardia Civil detuvo a su único ocupante, un hombre de 39 años de nacionalidad holandesa con residencia en los Países Bajos, que podría ser el destino de la droga intervenida.
La segunda, al día siguiente
La segunda intervención tuvo lugar al día siguiente, en el registro a los vehículos que iban a embarcar en el buque de Almería. El perro del Servicio Cinológico de la Guardia Civil que estaba de servicio detectó la posible existencia de droga en otra furgoneta, esta vez una Citroën C15 de matrícula española que estaba ocupada por un marroquí de 41 años con residencia legal en Melilla.
Los agentes hicieron una inspección en profundidad que permitió localizar una caja metálica escondida en el hueco natural de los bajos de los sillones traseros de la furgoneta. Dentro había 44 paquetes de polen de hachís que sumaban 25 kilos de peso en total.
La droga y los vehículos han sido puestos a disposición judicial junto con los dos detenidos, acusados de presuntos delitos contra la salud pública.
