La Guardia Civil volvió ayer a dar un nuevo golpe al narcotráfico con la intervención de casi dos toneladas de hachís en alta mar que estaban siendo transportados hacia las costas andaluzas. El buque oceánico Río Miño, que el instituto armado tiene desplegado en el mar de Alborán, impidió que la embarcación semirrígida de bandera nacional cumpliera su objetivo tras detectarla de madrugada. Sus dos ocupantes, dos españoles que no son residentes en nuestra ciudad, fueron detenidos por la Guardia Civil en esta operación, la más importante del buque oceánico Río Miño en lo que va de año. El delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, recibió ayer a los agentes desplegados en este buque oceánico y cuyo servicio en alta mar permite que la Guardia Civil tenga “una base flotante” para trabajar fundamentalmente en la lucha contra la inmigración ilegal. El buque Río Miño es uno de los que trabajan en el marco de la Operación Indalo, desarrollada bajo la financiación de la Agencia Europea de Fronteras junto con otros países de la UE y países terceros, como Marruecos.
Pero además de hacer frente a la inmigración clandestina, la patrulla que conforma el buque Río Miño también hace frente a otros ilícitos que se pueda encontrar durante su servicio, como es el caso del narcotráfico. Así ocurrió con la intervención de más de 1.900 kilos de hachís en el mar de Alborán ayer a primera hora de la mañana, en torno a las seis y media, cuando la Guardia Civil detectó una embarcación sospechosa en su radar.
Fue entonces cuando decidió enviar una de las embarcaciones de intervención con las que está equipado el buque oceánico Río Miño, lo que permitió comprobar que la embarcación semirrígida era de bandera española y en ella viajaban dos personas, que al ver la presencia de la Guardia Civil intentaron darse a la fuga e incluso tiraron por la borda un par de fardos que no pudieron ser recuperados, ya que se hundieron por el peso.
Sin embargo, los agentes lograron dar alcance a la embarcación y detener a los dos ocupantes, que no ofrecieron resistencia y que no pudieron deshacerse de más fardos de droga gracias a la rapidez con la que actuó la Guardia Civil.
Los detenidos como presuntos autores de un delito contra la salud pública son dos españoles de los que no se ha dado más información, salvo que no se trata de ciudadanos residentes en Melilla. Tras su llegada a la ciudad, ambos detenidos fueron conducidos junto con la droga intervenida a la Comandancia de la Guardia Civil, para ponerlos a disposición judicial e iniciar así una investigación sobre este caso.
Operación Índalo
El Barkani destacó el buen papel que está desarrollando la Guardia Civil en la Operación Índalo, “y también contra cualquier otro ilícito que se pueda cometer en aguas territoriales”. De hecho, recordó que hace un par de años ya hubo un caso similar en el que también fueron intervenidos alrededor de dos toneladas de droga. Con la actuación de ayer, la Guardia Civil ha evitado que se puedan poner en circulación 7,5 millones de dosis en el mercado ilícito de la droga.
