Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

Fortaleciendo la convivencia

La colaboración ha ayudado a fortalecer aún más si cabe esa buena convivencia que ya suele darse entre los ciudadanos de ambos lados de la frontera y que únicamente se ha visto empañada en momentos puntuales por grupúsculos interesados que ya son historia Los problemas comunes han terminado uniendo a España y Marruecos a pesar de que los roces en su convivencia han sido notorios a lo largo del tiempo. Ambos países han optado por la postura más inteligente, como es dejar a un lado sus diferencias en asuntos donde es evidente que nunca se pondrán de acuerdo (la soberanía de Ceuta y Melilla), y unirse para hacer frente común ante asuntos que preocupan y mucho a los ciudadanos por la amenaza que representan para la seguridad nacional. Es el caso del terrorismo, por ejemplo, en el que España y Marruecos llevan ya tiempo trabajando aunando esfuerzos con excelentes resultados. También ambos países están haciendo una magnífica labor conjunta en otros problemas de seguridad, como es el tráfico de drogas y el de seres humanos, también muy presentes en esta zona geográfica.

Esa colaboración empezó a ser muy notoria a raíz del repunte en la presión migratoria en los últimos años, problema en el que Marruecos está ejerciendo como un fiel aliado. Muchos de los intentos de entrada masiva han sido abortados en el país vecino por el despliegue de sus fuerzas. Sin la ayuda de Marruecos, las dimensiones de este problema habrían sido mucho mayores de las que lo han sido. La colaboración de nuestro vecino país es ya una tónica habitual, pero no lo era que la ayuda fuera en la dirección inversa, esto es, de Melilla a Marruecos. Y no precisamente por falta de voluntad desde este lado de la frontera, ya que han sido varias las veces que se ha querido colaborar. Sin embargo, ese ofrecimiento casi siempre fue rechazado por razones nunca explicadas, pero que tenían que ver con esa falta de reconocimiento marroquí hacia la soberanía española de Melilla.

Las tornas cambiaron el miércoles, cuando Nador se vio en problemas ante un incendio de considerables dimensiones que le llevó a pedir ayuda a Melilla. La respuesta, como no podía ser de otra manera, fue inmediata trasladando los medios que aquí tenemos y que allí estaban siendo muy necesarios. Aunque desde las instituciones se ha dado normalidad a esta situación, lo cierto es que el cambio de dinámica ha sorprendido al ciudadano de a pie porque prácticamente ya teníamos asumido ese vacío oficial por parte del país vecino. Pese a todo, la reacción de las sociedades melillense y nadorense ha sido ejemplar, alegrándose de esa colaboración que debería ser normal y habitual entre vecinos. Los bomberos melillenses fueron recibidos con aplausos en un lugar devorado por la fuerza de las llamas, mientras en nuestra ciudad hemos seguido la tragedia con el mismo interés que si se hubiera producido en este lado de la valla.

La colaboración ha ayudado a fortalecer aún más si cabe esa buena convivencia que ya suele darse entre los ciudadanos de ambos lados de la frontera y que únicamente se ha visto empañada en momentos puntuales por grupúsculos interesados que ya son historia. Ahora hay que contribuir a que se sigan dando pasos hacia delante en esta etapa marcada por el entendimiento y la suma de esfuerzos.

Loading

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€