El gobierno de Mustafa Aberchán se constituía esa mañana marcado por las incógnitas derivadas del secretismo sobre la identidad de sus componentes y de los cargos que ocuparían las distintas áreas de poder. Ni Aberchan, ni el GIL, su socio de gobierno, desvelaban datos, sólo que habría cuatro independientes. Se apuntaba que el ex socialista José Megías y el profesor Jacinto Montes ocuparían dos consejerías, pero no había nada confirmado.
Entre tanto, no solo continuaba la lluvia de críticas nacionales por el hacho de que Melilla hubiera sido el único lugar donde el GIL hubiera logrado acceder al gobierno de una institución pública en alianza con otro partido, sino que aumentaba la polémica por tal motivo entre el PP y el PSOE.