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Melilla reconoce la virtud de la UGR y el policía Carlos Javier López en su servicio a la sociedad

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La Universidad de Granada y el oficial del Cuerpo Nacional de Policía Carlos Javier López se sumaron ayer a la larga lista de personas, instituciones y entidades que a lo largo de los años han sido galardonados con la Medalla de Oro, la máxima distinción que entrega la Asamblea de Melilla para reconocer “actitudes y aptitudes que nos hacen mejores”. Así lo resumió ayer el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, que incidió en el servicio a la sociedad de la UGR y el oficial Carlos Javier López al destacar varias veces que “de la necesidad de servir, como personas e instituciones a la sociedad, siempre nace la virtud”. Ésta es la base común de las dos distinciones de este año, que a modo homenaje, gratitud, aprecio y respeto de todo el Pueblo melillense permiten señalar dicha virtud como “un impulso para afrontar nuestro destino compartido”. Éste fue uno de los ejes centrales del discurso que ayer pronunció Imbroda durante la entrega de las Medallas de Oro, en un acto marcado por la solemnidad y gratitud que tuvo lugar en un abarrotado Salón Dorado del Palacio de la Asamblea. La celebración, como en años anteriores, sirvió como inicio de los actos del Día de Melilla, con la diferencia de que esta vez no tuvo lugar el mismo 17 de septiembre, sino en la víspera.

Todos los grupos políticos de la Asamblea, además de numerosas autoridades civiles y militares y representantes de diferentes instituciones, organismos y entidades de Melilla fueron testigos de cómo la UGR y el oficial de Policía Carlos Javier López recibían la Medalla de Oro de manos del presidente Imbroda, en nombre de “un pueblo que siente y anhela, un pueblo que valora y se mira en el espejo de la excelencia”. Una excelencia, añadió, “entendida como esa virtud y apego por el servicio a los demás, y por el afán de aportar elementos con los que seguir construyendo la obra inacabable que es la historia común de una tierra”.

“Revolución educativa”
La Universidad de Granada fue la primera en recibir la Medalla de Oro. Su rector, Francisco Lodeiro, fue el encargado de recoger esta distinción, con la que Melilla premia el respaldo institucional que existe desde hace años entre la Ciudad Autónoma y la institución universitaria, permitiendo el crecimiento del Campus en Melilla que hoy se sigue materializando con la incorporación de nuevas titulaciones. En palabras de Imbroda, Melilla está viviendo “una auténtica revolución educativa” en la que la UGR y la Ciudad Autónoma tienen mucho que ver por su “apuesta decidida” por la formación como un elemento “primordial para el futuro de esta sociedad”.

Esa teoría ya imperaba cuando en la década de los 70 se abrieron los primeros centros en el Campus de Melilla, en una época en la que Granada servía como “puente educativo” para los habitantes de esta ciudad. Y esa apuesta ha seguido forjándose a lo largo de los años a base de distintos convenios entre la Ciudad Autónoma y la UGR en diferentes ámbitos. Uno de ellos, en la actualidad, permite llevar a cabo una colaboración estratégica en cuanto a la interculturalidad, dado que “Granada ha sido pionera en la investigación y reflexión de los fenómenos derivados de la diversidad cultural”.

Sin embargo, Imbroda hizo especial hincapié en la incorporación de los dobles grados de ADE/Derecho y Magisterio/ Educación Física, que empezarán a impartirse a partir del próximo curso, y que se unen al nuevo grupo de Enfermería que ya se materializó en el curso anterior. Todo ello, gracias a un convenio de colaboración firmado en abril de 2013, con el que el respaldo institucional de la UGR y la Ciudad Autónoma “se engrandece aún más”.

La Medalla de Oro de Melilla para la institución universitaria, además de reconocer el papel de la UGR en “la mejora de la sociedad melillense”, pone la guinda a esa “auténtica revolución educativa” de la que hablaba Imbroda en su discurso, y que a su juicio debe convertirse no solo en un motor educativo, sino también en un foco económico, cultural y social.
“Apostar por nuestros jóvenes es apostar por nuestro futuro, y no hay mejor expresión de ese deseo que estas tres ampliaciones universitarias”, afirmó el mandatario local, que quiso destacar que “parte importante” de esta Medalla de Oro es obra de su rector, Francisco Lodeiro, por su “predisposición y apoyo” a la ampliación del Campus y por su “entusiasta y sabia colaboración”. Un reconocimiento que también hizo extensivo a los decanos, profesores y cuerpo administrativo del Campus melillense.

Orgullo por la Policía
Imbroda también hizo mención en su discurso al segundo premiado con la Medalla de Oro este año, el oficial del Cuerpo Nacional de Policía Carlos Javier López Martínez, que el 31 de enero rescató a un hombre mayor que se cayó a las vías del tren mientras esperaba en el andén justo cuando el ferrocarril acababa de entrar en la estación de Ávila.

Este oficial, melillense aunque ahora esté destinado fuera de la ciudad, fue uno de los cuatro protagonistas de este hecho heroico “fruto del arrojo y la generosidad que caracterizan lo mejor del género humano”, destacó el presidente de la Ciudad Autónoma, que también recordó el papel de los otros dos oficiales y un vecino de Ávila que también saltaron a las vías para evitar la tragedia. “Merecen todo nuestro aplauso y agradecimiento”, aseveró.

Sin embargo, Imbroda expresó su deseo de que la Medalla de Oro del oficial melillense “sirviera de homenaje a este cuerpo policial y de estímulo para que continúen demostrando esa conciencia pública que se nutre del espíritu de auxilio y dedicación a los ciudadanos como servidor público”. De este modo, el presidente de la Ciudad Autónoma quiso poner en valor el papel que lleva a cabo la Policía Nacional, que ya en 2006 recibió de manera colectiva la Medalla de Oro, y a la que reiteró el orgullo que por dicho cuerpo sienten los melillenses porque aquí “están trabajando de una forma admirable”.

Volviendo al oficial Carlos Javier López, Imbroda destacó sus 12 felicitaciones acumuladas en una “joven pero modélica trayectoria”, en la que hay diversas operaciones contra el crimen organizado, además de este rescate heroico en las vías del tren, “fruto del arrojo y la generosidad que caracterizan lo mejor del género humano”. Un rescate en el que puso en peligro su integridad física por salvar a otra persona y que demostró, en palabras de Imbroda, que “de la necesidad nace la virtud”.

La interpretación del Himno de Melilla y de cuatro piezas clásicas por la Orquesta Sinfónica ‘Ciudad de Melilla’ cerraron el acto.

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Redacción

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