Operaciones antiterroristas como las cuatro que se han desarrollado este año en Melilla, la última el pasado viernes en la Cañada de Hidum, tienen su lado bueno y su lado malo a juicio del presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda. Lo malo, según dijo, es el efecto “nefasto” que provoca en los intereses de Melilla, un inconveniente que ya se ha apuntado en ocasiones anteriores por el daño que sufre la imagen de la ciudad. El aspecto positivo que apuntó Imbroda es que “nuestras Fuerzas de Seguridad del Estado y los servicios de información funcionan perfectamente y están muy atentos para atajar cualquier atisbo de cualquier loco que quiera hacer locuras”, además de la “magnífica relación” que tienen con Marruecos y sus cuerpos policiales. Tras expresar su felicitación por la operación desarrollada y por la atención permanente que la Policía y la Guardia Civil muestran ante este problema, Imbroda fue muy claro al mostrar su rechazo ante el terrorismo yihadista que afecta no solo a Melilla, sino a todo el mundo en general. “Nos estamos jugando la misma civilización, la paz, la libertad y los derechos”, subrayó Imbroda en una entrevista concedida a la Cadena Ser, en la que acusó a los yihadistas de hacer “una religión de sangre inventada” impulsada por “personajes sanguinarios que sobran en la sociedad”. En su opinión, “se está despertando el mundo ante lo que es una guerra”, ya que el terrorismo yihadista es “un modo de acabar con las civilizaciones y las culturas”.
Frente a ello, “todos tenemos que poner pie en pared”, dijo sin medias tintas en la entrevista radiofónica, en la que salió en defensa de “la inmensa mayoría” de los habitantes de la Cañada de Hidum, barrio donde se han producido tres operaciones antiterroristas este año porque los presuntos yihadistas aprovechan la “composición urbanística y poblacional” de la Cañada para tratar de pasar desapercibidos. Sin embargo, recordó que en aquel barrio viven “miles de personas que lo que quieren es vivir en paz, trabajar, educar a sus hijos y llevar una vida digna”.
También avanzó que la Policía Local empezará a patrullar próximamente en el barrio, igual que hace en otros barrios, siguiendo el ejemplo de la Policía Nacional, que “ahora sí patrulla” en la Cañada.
“La seguridad es lo primero”
Al hilo de esta actuación antiterrorista, Imbroda quiso destacar que si la frontera en determinados no tiene un paso fluido porque Policía y Guardia Civil ralentizan los registros “será por algo”. “En la frontera tenemos que cuidarnos mucho en la seguridad. Eso es lo primero”, destacó Imbroda en respuesta a las críticas que muchas veces vienen del colectivo de comerciantes fronterizos que reclaman más agilidad para tener más clientela.
“De nada vale una cuenta boyante si tenemos un problema de seguridad. Estas cosas están supeditadas a la seguridad”, afirmó. Asimismo, dijo que desde la Administración se intentará hacer lo posible para mejorar también en la fluidez del paso y que venga a Melilla la clase media marroquí que ahora no viene por no soportar largas colas en la frontera.
El burka
Por último, mostró su rechazo al uso del burka en los espacios públicos, incluida la frontera, sin que la persona que lo viste se identifique ante los agentes. “No puede ser que una señora con burka pase de un país a otro sin enseñar quién es. Todos nos jugamos la seguridad y nadie puede amparar eso”, afirmó Imbroda, para quien no es un problema que 20 se molesten si en Melilla viven 86.000 personas.
