Esta mañana, el comandante de la Guardia Civil, Arturo Ortega, tendrá que acudir a la sede judicial para declarar sobre la devolución de 21 inmigrantes que entraron a Melilla de forma clandestina a bordo de coches kamikazes. Pero cuando el comandante Ortega llegue a las Torres V Centenario, no se encontrará solo porque en la puerta estará el cabo Javier González Ferrón, que en 2012 recibió la Medalla de Oro de Melilla y la máxima distinción de la Guardia Civil, entre otras condecoraciones, por un rescate en el que arriesgó su vida por salvar a una familia de inmigrantes que acababan de caer de una patera. Ferrón es uno de los muchos agentes que respaldan no solo al comandante, sino también al coronel jefe, Ambrosio Martín Villaseñor, que el viernes también está citado a declarar. “Los guardias civiles estamos a muerte con el comandante y el coronel”, asegura el cabo del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de Melilla, convencido de que nunca le han dado una orden ilegal a la hora de actuar tanto en la valla como en las fronteras marítimas. El caso del cabo Ferrón es bien conocido en todo el país, el mismo donde dos tribunales de Justicia ponen en el punto de mira la actuación de la Benemérita en su labor de impermeabilización fronteriza por dos querellas presentadas por varias ONG y partidos políticos. Ferrón lo tiene muy claro: esas dos querellas son “una vergüenza” porque se basan en “acusaciones que no son ciertas” y además de dañar la imagen de España, también “ensucian el buen nombre de la Guardia Civil siendo la institución más valorada por los españoles” según la última encuesta del CIS.
“Es injusto que se haga eso con la Guardia Civil”, subrayó el cabo del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) en declaraciones a MELILLA HOY. De momento, los más afectados son los dos máximos responsables del Cuerpo en nuestra ciudad, el coronel jefe Ambrosio Martín Villaseñor, y el comandante Arturo Ortega, ambos citados a declarar esta semana por las denominadas popularmente 'devoluciones en caliente'.
El Juzgado de Instrucción número 5 ha imputado al comandante Ortega por un presunto delito de prevaricación y otro contra los derechos individuales en el caso de los kamikazes, por el que hoy tendrá que ir a declarar ante el juez. El coronel también está imputado por otro presunto delito de prevaricación por ser considerado el responsable del protocolo de actuación que se sigue en la valla. El viernes será su turno de declarar en el Juzgado de Instrucción número 2.
“Quedará en nada”
Ferrón está seguro de que cuando ambos pasen por el juzgado, “esto va a quedar en nada” porque se trata de “dos guardias civiles de los pies a la cabeza, profesionales, honrados y honorables”. También porque las querellas, presentadas por Prodein, APDH, CPM y Equo están “basadas en mentiras y falsedades que no tienen ni pies ni cabeza”. “Para dar clase primero uno tiene que dar ejemplo y ellos no tienen talla para hablar mal de la Guardia Civil”, dijo.
“Ellos no tienen ni idea de lo que es la inmigración”, agregó el cabo melillense del GEAS lamentando que estas entidades “sólo se preocupan cuando hay un salto, pero no de lo que hay antes, que es la huida de los países de origen, y lo que hay después”, cuando los inmigrantes siguen siendo víctimas de las mafias. “Hablamos de vidas humanas, de personas que vienen de países en guerra, con situaciones de totalitarismos y que buscan un mundo mejor, pero lo que no se puede hacer es violentar una frontera”, insistió Ferrón antes de apuntar que la Guardia Civil “tiene que intentar rechazar esa entrada. La Ley nos ampara”.
Por eso precisamente no existe temor en la plantilla de la Comandancia, según explicó el cabo Ferrón, ya que los guardias civiles “van a seguir haciendo su trabajo, cumpliendo con su país y con el Cuerpo”. No tienen “dudas”, aseguró este agente melillense hablando en su nombre y en el de una amplia mayoría de sus compañeros.
Ferrón, que no pertenece a ninguna asociación de la Guardia Civil, lamentó que algunas de las críticas partan desde dentro de la misma Comandancia de Melilla porque “eso es tirar piedras contra nuestro propio tejado”. No ya solo por el daño que se hace a la imagen del Cuerpo, sino por el hecho de que poniendo en cuestión su actuación fortalece a las mafias y el deseo de los inmigrantes por querer entrar. No en vano, ya se ha visto en ocasiones anteriores ese mismo efecto cuando se ha intentado poner en duda a la Guardia Civil, más ahora cuando sus dos máximos responsables están imputados.
También criticó la presencia de organismos como ACNUR o el Comité de la Tortura en Melilla: “Deberían estar en la Franja de Gaza o en Siria, pero no aquí”.
