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El comandante Ortega, convencido de haber cumplido con su deber y la Ley en el caso de los kamikazes

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Apenas 24 horas después de haber pasado por sede judicial para prestar declaración por la devolución de 21 inmigrantes kamikaze hace año y medio, el comandante Arturo Ortega, segundo jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla, se muestra tranquilo y a la espera de que el juez dictamine sobre este caso, el primero por el que ha sido imputado en su carrera profesional. A preguntas de MELILLA HOY, el comandante opta por no pronunciarse sobre detalles de su declaración porque el procedimiento está en fase de instrucción, pero dice estar “absolutamente convencido” de haber cumplido con su deber y la Ley en este caso. Así lo asegura en su despacho de la Comandancia, donde atiende la petición de este Periódico para hacer un análisis de lo ocurrido hace dos días en las Torres V Centenario, así como el antes y el después. El comandante Ortega recuerda que cuando entraron los dos coches kamikazes, en febrero del año pasado, él era el jefe accidental de la Comandancia de la Guardia Civil porque el coronel jefe, Ambrosio Martín Villaseñor, estaba fuera de Melilla haciendo el curso de general. Todo el primer trimestre de 2013, la Comandancia estuvo a cargo de Ortega, cuyo objetivo era que la Guardia Civil siguiera garantizando todo el ordenamiento jurídico”, que es la base sobre la que dice actuar siempre que se queda al frente del Cuerpo por ausencia del coronel.

Y así es como asegura que actuó en el caso de los kamikazes, previa orden del delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, que también está imputado en este caso. De hecho, como ya informó MELILLA HOY en su edición de ayer, el propio Barkani ya admitió en su declaración ante el juez el pasado mes de marzo que dar la orden para que se aplicara el Acuerdo de Readmisión firmado entre España y Marruecos en 1992 fue su “decisión política” para zanjar este tipo de entradas clandestinas a Melilla tan peligrosas no solo para los propios inmigrantes, sino también para los agentes que estaban prestando servicio en la frontera y el resto de ciudadanos.
“Yo asumo esa orden, porque entiendo que es legal y que la persona que me la da es competente para darla, porque el delegado del Gobierno es el jefe de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en Melilla”, afirma el comandante. Tras recibir la orden de aplicar el acuerdo hispano-marroquí, la función de Ortega fue aplicar el procedimiento, en lo cual el delegado se mantuvo al margen porque así es como debe ser para ninguna de las partes invada el campo de actuación o competencias.

El comandante Ortega explicó a MELILLA HOY su preocupación por el hecho de que la opinión pública pueda pensar que en este caso los dos máximos responsables de la Guardia Civil y el delegado del Gobierno estén abordando este asunto como si de una patata caliente se tratara. En su opinión, eso es lo que puede interpretar a partir de la información publicada ayer por otro medio escrito de la ciudad, que puso en su boca palabras y expresiones que el propio Ortega niega haber dicho en su declaración.
“Tanto el delegado del Gobierno, como el coronel jefe como yo estamos en el mismo barco y más unidos si cabe” en este asunto, deja claro el número dos de la Guardia Civil en nuestra ciudad al recordar que Martín Villaseñor no estaba, que él estaba al frente de la Comandancia y que el delegado dio la orden y él la aplicó “siguiendo el procedimiento que debía seguir, que es el que se refleja en el Acuerdo de Readmisión”.

“El eslabón más débil”
El comandante también dice estar preocupado por el hecho de que los propios guardias civiles tengan incertidumbre por pensar que podrían ser los próximos en ser imputados por su actuación en la valla o que pudiera derivarse alguna responsabilidad hacia ellos, algo que ya ha dado a entender alguna asociación aludiendo a que la cadena de mando pudiera romperse por el “eslabón más débil”.
“Eso no va a ocurrir. Nunca vamos a trasladar la responsabilidad a ningún escalón subordinado”, afirma de forma rotunda el comandante Ortega, dejando claro que los mandos que están en la jefatura de la Comandancia son los que van a asumir la responsabilidad por la sencilla razón de que son los que dan las órdenes a los guardias que están de servicio, “siempre dentro de la legalidad”.

De hecho, recuerda que hasta ahora, los únicos que están imputados en procedimientos judiciales son el propio coronel jefe por el caso de las supuestas devoluciones en caliente de este verano, y el delegado del Gobierno y él mismo en el caso de los kamikazes. “Pretendemos que no haya nadie más”, subraya.

Ortega es muy claro al afirmar que él como segundo jefe puede pedir explicaciones a un guardia por una actuación concreta de él, como pudiera ser, por ejemplo, que empleara la fuerza de forma desproporcionada o inoportuna, ya que “eso no se puede permitir”. Pero nunca por temas de procedimiento o el protocolo ni por cumplir una orden de un mando. Es más, recuerda que los dos guardias civiles que acudieron a declarar al juzgado anteayer en el caso de los kamikazes fueron como testigos.

La puerta trasera
Ortega aprovecha la oportunidad brindada por MELILLA HOY para matizar otros dos aspectos publicados en otro medio escrito ayer. Uno de ellos, el hecho de que tanto él como el coronel jefe accedieran a las Torres V Centenario por la puerta del Registro Civil, algo que ha sido interpretado como una forma de dar esquinazo a la prensa.

Sobre esta cuestión, aclara que el aparcamiento de coches oficiales está justo detrás, en la Plaza del Mar, y se optó por dejar allí el vehículo de la Comandancia por no parar en línea amarilla frente al juzgado y cometer una infracción de tráfico. De hecho, recuerda que salieron después por la puerta de atrás y no pusieron inconveniente en ser fotografiados junto a la abogada del Estado.

El cabo Ferrón
El otro punto, uno de los que reconoce que más le han molestado, es el hecho de que se haya dado a entender que con su entrada por la puerta trasera poco menos que dejaron tirado al cabo Javier Ferrón, Medalla de Oro de la ciudad en 2012, que acudió a las Torres V Centenario para mostrarles su apoyo.
“Se ha dicho que estuvo en la puerta dos horas y que a la salida lo saludamos un segundo y nos fuimos. No es cierto. El cabo Ferrón subió al juzgado y estuvo con nosotros mientras íbamos entrando a declarar. Que se le trate de esa manera en un artículo de prensa es muy injusto”, espeta el comandante Ortega.

A su juicio, eso no hace más que empañar el “prestigio profesional” y la “admiración” que, asegura, le merece el cabo Ferrón, al que agradece su apoyo constante, que “no ha sido puntual solo en el día de la declaración ante el juez”.

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Redacción

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