Una imagen muy agradable, natural y atractiva fue la que trasmitió ayer Raquel Sánchez Silva, durante su encuentro con los medios de comunicación locales, previo a la presentación de su primer libro “Mañana a las seis”, en el salón dorado del Palacio de la Asamblea. Una novela que ya va camino de su sexta edición y sobre la que nunca tuvo la seguridad de que pudiera terminarla. De hecho, reconoció que estaba totalmente preparada para aceptar el caso de que hubiera tenido que dormir para siempre en un cajón de su casa. “Mañana a las seis” ha supuesto un gran trabajo a lo largo de tres años para la periodista y ahora escritora, cuya novela ha tenido una gran aceptación y sobre todo, “una acogida muy cariñosa”. Considera que por el hecho de tratarse de un personaje conocido por su trabajo televisivo se le presenta la ventaja “de que ya la gente te conoce por lo que de entrada ya cuentas con un voto de confianza del que quizás carecen otros autores”, pero también con la desventaja de que “solo puedes patinar una vez mientras que otros escritores menos conocidos se pueden permitir el que todas sus obras no tengan necesariamente que ser buenas”.
“Mañana a las seis”
Definió su ópera prima literaria como una novela muy doméstica y hogareña donde los personajes pueden ser amigos o familiares de cualquier lector.
El libro es una mezcla de tres historias que nacieron de forma individual, en principio pensadas para único libro cada una de las tres pero “me di cuenta de que no tengo tanto talento para hacer de cada una de ellas una novela o al menos la novela que yo quería hacer”.
Son tres historias en las que rinde homenaje a las mujeres de su vida, fundamentalmente a su madre y abuela. La primera, Aurora, es el personaje de una anciana, Lucía es la última que llega y que conforma la parte más erótica y contemporánea del libro y luego la historia de Gloria, que escucha el universo y es la parte más lírica, mas romántica y mas poética del libro.
Un libro que terminó el 23 de abril en Honduras, durante el rodaje de “Supervivientes” y que al finalizar “sentí un gran vacío”.
A pregunta de los informadores indicó que lógicamente le gustaría que su novela saltara a otros países como los sudamericanos y comentó que entre sus planes inmediatos se encuentra un ensayo, donde no cabe la ficción sobre un tema periodístico de máxima actualidad y la creación de una empresa de textil hogar llamada “Beraca”, ya que es una enamorada de la decoración.
