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En Purísima se insta a los “menores subsaharianos a decir que son adultos para salir de Melilla”

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La Fundación Raíces asegura que en el propio centro de acogida de Melilla se aconseja a los menores de origen subsahariano que acceden a la ciudad que se declaren mayores de edad para que puedan ser trasladados a la península e intentar así regularizar su situación. Así se recoge en el informe "Sólo por estar solo" presentado ayer en la UNED en un encuentro organizado por el Colegio de Abogados. El documento denuncia que la administración española vulnera los derechos de los Menores Extranjeros no Acompañados que llegan al país sometiéndolos a pruebas para determinar la edad a pesar de llevar pasaporte o partida de nacimiento que los acredita como menores de edad. Con el apoyo del Colegio de Abogados de Melilla, ayer se presentó el informe "Sólo por estar solo" sobre menores migrantes no acompañados a cargo de Francisco Segovia, coordinador de Proyectos de la Fundación Abogacía Española; Lourdes Reyzábal, presidenta de la Fundación Raíces y Carmen Moles, abogada, autora principal del Informe "Sólo por estar solo". La mesa redonda posterior contó con la participación de Marcelo Belgrano, coordinador del Servicio de Orientación Jurídica de Extranjería del Colegio de Madrid.

Conclusiones
Según explicaron los autores, el estudio se confeccionó con los algo más de cuarenta expedientes de MENAS llegados a la Fundación Raíces en Madrid. Entre sus conclusiones, el informe manifiesta la vulneración de derechos de los menores que llegan al país cuando las autoridades encargadas de su tutela les someten a pruebas para determinar su edad a pesar de contar con pasaportes o partidas de nacimiento que los avalen. Fiscalía consideraba que los documentos no eran válidos porque no coincidían con los resultados de las pruebas de edad, pruebas "que tienen un margen de error de más menos dos años, por lo que podían dar como mayores a chicos de 15 años".

Otro argumento, que los pasaportes habían sido manipulados, algo que llevó incluso a que en Madrid se presentaran denuncias por falsedad documento contra 20 menores que finalmente fueron sobreseídas. "Cuando la policía científica dictó que los pasaportes eran auténticos, entonces se comenzó a aplicar la llamada falsedad ideológica, y a que la Fiscalía dijese que el pasaporte procedía de países en los que los registros civiles no son fiables". Lo que sorprende, según indicaron, es que estas pruebas de edad no se realizaban a los menores que llegaban documentados junto a algún adulto, y que tampoco se pusiera en duda la legalidad de los pasaportes en el caso de los adultos. Todo ello lleva a pensar que la idea era negar a los menores el acogimiento que la legislación obliga a las administraciones y a reconocerles todos sus derechos.

Entre los casos estudiados se incluyen varios de Melilla, referentes a jóvenes de origen subsahariano que accedieron a la ciudad. A uno de estos menores, según relatan los abogados, se le aconsejó en el Centro de Acogida de la Purísima que se declarara mayor de edad para que pudiera irse a la península. Así fue, "en su informe consta que se declaró mayor de edad, fue al CETI como adulto y de ahí lo enviaron a la península". Una vez en Madrid, este joven, como el resto de MENAS marroquíes o subsaharianos llegados a territorio peninsular, se encontró con esta interpretación de la Ley que, afortunadamente y gracias a un dictamen del Tribunal Supremo, ha dejado de practicarse.

No obstante, lo que sí se mantiene, al menos en Melilla, es que los menores extranjeros no acompañados "pierden la residencia en el momento que alcanzan la mayoría de edad y quedan como inmigrantes irregulares". Esto, aseguran, no se da en la península ya que según la ley los menores deben mantener la residencia aún cuando alcancen la mayoría de edad para poder regularizar su situación en España. Como conclusión, indicaron que los motivos que llevan a los menores extranjeros no acompañados a vivir en la escollera e intentar embarcarse como polizones, es que en Melilla, aunque el centro de acogida esté saturado, "no se realizan traslados a la península" y a que cuando cumplen la mayoría de edad pierden la residencia. "Por todo ello no quieren estar en los centros y quieren ir a la península", aseguraron.

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Redacción

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