Los melillenses volvieron a cosechar ayer una nueva derrota, la tercera de manera consecutiva y la tercera en lo que va de campeonato en el Pabellón Javier Imbroda, tras perder frente al Ribeira Sacra Breogán Lugo. Un mal primer cuarto condenó a los melillenses, que se vieron diez puntos abajo y ya no fueron capaces de darle la vuelta a la contienda. El Melilla Baloncesto volvió a cosechar ayer una nueva derrota, la tercera de manera consecutiva y la tercera en lo que va de campeonato en el Pabellón Javier Imbroda, tras perder frente al Ribeira Sacra Breogán Lugo por el resultado de 77-83. Un mal primer cuarto condenó a los melillenses, que se vieron diez puntos abajo y ya no fueron capaces de darle la vuelta a la contienda.
Lo cierto es que el encuentro parecía comenzar bien para los locales, toda vez que fue Adrián Laso el que inauguraba el marcador, aunque la respuesta visitante llegó con cuatro puntos seguidos, dos de Matulionis desde la línea de personal, y otros dos de un muy inspirado Álex Llorca, sobre todo en el primer cuarto.
Los de Lisardo Gómez imprimieron desde el salto inicial un ritmo trepidante al choque, con una defensa muy presionante y con acciones de ataque vertiginosas. De este modo, y con un conjunto melillense algo dormido todo sea dicho, los lucenses adquirieron en apenas cinco minutos una renta de diez puntos (5-15), tras una canasta de Chris Mortellaro.
Alejandro Alcoba se vio obligado a solicitar un tiempo muerto para buscar soluciones. Los melillenses intentaron reaccionar, pero los gallegos supieron mantener una cómoda ventaja cercana siempre a los diez puntos e incluso alcanzaron los doce (13-25) en los instantes finales de este cuarto, que concluiría con 17-27 favorable al Breogán Lugo.
El segundo acto arrancó con un triple de Álex Llorca, que encontró una rápida contestación por parte de Carles Bravo con otro lanzamiento convertido de tres puntos. Spencer Butterfield acercaba un poco a los suyos en el luminoso (22-31), pero los lucenses no fallaban desde la línea de 6’75 y anotaban dos consecutivos (Álex López y Dani López), abriendo una importante brecha en el marcador (22-37).
El entrenador melillense paró el partido con un tiempo muerto, que pareció dar sus frutos, toda vez que el decano logró recortar la desventaja y situarse a nueve puntos (30-39), después de un parcial de 8-2 y con un Spencer Butterfield mostrando un gran acierto en ataque. Lisardo Gómez fue ahora el que solicitó un tiempo muerto, a 5’23 de llegarse al descanso.
Los locales continuaron con su empuje y con su clara mejoría en defensa, colocándose así a sólo tres puntos (42-45), tras un triplazo de Carles Bravo, uno de los destacados y fundamental, junto a Edu Gatell, en la reacción del Melilla Baloncesto.
Sin embargo, el equipo de Alejandro Alcoba se despistó en los últimos segundos encajando un 0-5, merced a los puntos de Álex López (3) y Matulionis. Álex Llorca y Carles Bravo eran los máximos anotadores al tiempo intermedio con 13 y 11 puntos, respectivamente.
El inicio del tercer acto no hacía presagiar que los melillenses fuesen a remontar el partido, dado que Álex Llorca y Dani López seguían haciendo de las suyas. El Melilla Baloncesto se mantenía a flote gracias a los puntos de Devin Wright. Mediado este periodo los locales, con un lanzamiento de tres convertido por Spencer Butterfield, se acercaban en el electrónico (58-63), aunque los celestes daban inmediatamente otro arreón con cuatro puntos consecutivos, tres de ellos consecuencia de un triple anotado por Matulionis y un tiro libre de Álex Llorca. Edu Gatell, justo sobre la bocina, establecía el inquietante 60-67 con el que finalizaba este tercer cuarto.
En el definitivo acto, los melillenses tenían que poner toda la carne en el asador para intentar remontar un choque que estaba cuesta arriba desde prácticamente el minuto 5 del choque.
El Breogán supo mantener la calma en todo momento y nunca permitió que el rival se acercarse demasiado. Así, los primeros minutos se caracterizaron por un intercambio de golpes y de pequeños parciales, pasándose en un corto espacio de tiempo de una ventaja de diez puntos para los lucenses (62-72 y 65-75) a acercarse los melillenses a escasamente cinco (62-67 y 72-77).
Edu Gatell estaba realizando un trabajo inconmensurable bajo los tableros, mientras que Spencer Butterfield tomaba la responsabilidad en ataque, pero faltó la aportación de otros jugadores, muy grises ayer, como Quique Garrido o el griego Tsiaras. Con una canasta precisamente del primero, el decano, de nuevo, se aproximaba en el marcador (74-79). Dani López, un viejo conocido de la afición melillense que llegó incluso a militar en las filas del Melilla Baloncesto hace ya más de una década, nunca se esconde y volvió a aparecer en el momento oportuno para anotar cuatro puntos consecutivos, que servían para certificar el triunfo de su equipo (74-83). Entre medias Devin Wright fallaba dos tiros libres.
Ya con todo decidido Edu Gatell se atrevió a lanzar desde el perímetro, acertando y estableciendo el resultado final de 77-83.
