El intento de remontada del decano quedaría en una mera intención tras el inicio de un segundo tiempo en el que Brandon Edwards fue capaz de anotar seis puntos consecutivos para disparar nuevamente a los suyos. Los esfuerzos de Edu Gatell en la ‘pintura’ para tratar de recortar diferencias fueron inútiles ante el gran trabajo de Álex Llorca. Duelo de históricos necesitados, el que enfrentó el pasado domingo, en el ‘Javier Imbroda’, al Melilla Baloncesto y al Breogán Lugo, que lucharon por no sumar su tercera derrota consecutiva. Un objetivo que pareció decantarse muy pronto del lado gallego, tras un primer parcial arrollador en el que los de Lisardo Gómez fueron un auténtico rodillo ofensivo. Los 27 tantos anotados por el cuadro gallego les permitió adquirir una decena de puntos de ventaja con los que reivindicarse sobre la cancha.
Con el encuentro ligeramente cuesta arriba, los de Alejandro Alcoba no terminaban de encontrar su sitio permitiendo a los visitantes despegar hasta los 15 puntos, un punto de inflexión que llevó a los exteriores melillenses a dar un golpe de autoridad para meterse de nuevo en el duelo al descanso, gracias al acierto de Spencer Butterfield y Carles Bravo (42-50).
Pero el intento de remontada del decano quedaría en una mera intención tras el inicio de un segundo tiempo en el que Brandon Edwards fue capaz de anotar seis puntos consecutivos para disparar nuevamente a los suyos. Los esfuerzos de Edu Gatell en la ‘pintura’ para tratar de recortar diferencias fueron inútiles ante el gran trabajo de un Álex Llorca en modo MVP disparando a los lucenses hacia el triunfo (77-83).
De este modo, el Melilla Baloncesto encadenó su tercera derrota consecutiva, aunque lo que es peor es que sólo ha ganado uno de los cuatro partidos que ha disputado en nuestra ciudad y, encima, el viernes volverá a jugar en casa, esta vez frente al Quesos Cerrato Palencia, uno de los rivales directos en la lucha por los puestos altos.
