El Gobierno central ha dado luz verde para empezar a trabajar en la ampliación de la planta desaladora de Melilla instalando un cuarto módulo para incrementar su capacidad, lo que permitirá que todo el agua de la red de abastecimiento de la ciudad sea de ósmosis inversa y no sea necesario mezclarla con agua de pozos como ahora. A partir de entonces, se podrá prescindir de las fuentes de ósmosis inversa que hay repartidas por Melilla y que suponen una inversión superior a 200.000 euros de mantenimiento cada año. El consejero de Medio Ambiente, José Ángel Pérez Calabuig, explicó ayer que la instalación del cuarto módulo se iba a llevar a cabo a principios de esta legislatura porque la Dirección General del Agua consideró que era viable, si bien las deudas de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) hizo necesario posponerlo. Durante su intervención en el Pleno de la Asamblea, Calabuig anunció que el Gobierno central se ha puesto en contacto con la Ciudad Autónoma para retomar este objetivo, lo cual confió que se haga en un plazo breve de tiempo porque el proyecto ya está terminado por parte de la CHG.
Una vez que ya esté instalado el cuarto módulo, el consejero se mostró partidario de eliminar las fuentes de ósmosis inversa, las famosas fuentes de Aberchán, que "están dando problemas" porque su antigüedad requiere una mayor inversión en mantenimiento y resolución de averías. Ya no harán falta porque, según explicó Calabuig, el agua del grifo será la misma que la de esas fuentes, al contrario de lo que sucede ahora, que es producto de la mezcla del agua de la desaladora y la que viene de los pozos. Coalición por Melilla (CPM) se mostró en contra de de la supresión de las fuentes, dadas las quejas de los ciudadanos por la calidad del agua.
El nuevo contrato
Mientras se lleva a cabo la ampliación de la planta desaladora, el mantenimiento de las fuentes se mantiene en el contrato de mantenimiento de redes y acometidas de abastecimiento de agua potable y saneamiento de aguas residuales que fue aprobado ayer en la Asamblea con los votos a favor de PP y CPM y la abstención de los dos grupos minoritarios, PSOE y PPL.
La Ciudad Autónoma destinará a este contrato más de 15,7 millones de euros en un periodo de 4 años con opción a prórroga durante otros 2, con cargo a 7 ejercicios presupuestarios. Esto supone una media anual de 2,6 millones de euros, una cuantía superior al contrato de gestión actual debido, según Calabuig, a varias razones.
Una de ellas es que Melilla la red de tuberías es ahora más grande al pasar de 200 a 240 kilómetros, lo que conlleva a su vez un mayor gasto en la reparación de la red de saneamiento. En el contrato aprobado ayer, la cuantía destinada a este fin es de 400.000 euros. Además, también en este contrato se han incluido las fuentes ornamentales del Parque Hernández, cuyo mantenimiento iba aparte. Eso hace que este contrato pase a tener 29 fuentes para mantener en perfecto estado frente a las 19 que había antes, lo que supone un gasto anual de 110.000 euros.
Todo ello, junto con otros factores, ha provocado la subida del coste de este contrato frente al criterio de PPL, que consideraba que debería bajar por la crisis y porque la red de agua ha sido renovada y, por lo tanto, tendrá menos averías. Por su parte, el PSOE pidió que el laboratorio de la Ciudad Autónoma sea utilizado por la empresa adjudicataria para los análisis del agua, una propuesta que ha sido aceptada.
