El próximo fin de semana se disputará, en el CDSCM La Hípica Melilla, el concurso hípico de Navidad, con la participación de sesenta jinetes y amazonas que competirán en cuatro pruebas. El sábado, a las 12'00 horas, dará comienzo la prueba para debutantes y, a continuación, la prueba pequeña, sobre un recorrido de 500 metros y 6 obstáculos situados a una altura de 0,60 metros. El domingo, a las 11'00 horas, se disputara la prueba mediana, sobre un recorrido contra reloj de 600 metros y un total de 7 obstáculos situados cada uno a una altura máxima de 0,80 metros. Para finalizar, a las 12'00 horas, se disputará la prueba grande, sobre un trazado de 800 metros y 9 obstáculos.
Por lo tanto, los concursos hípicos volverán a llenar de colorido y emoción la pista de saltos del Centro Deportivo. El aula hípica cuenta con un centenar de alumnos que, bajo la dirección de los profesores Paola Bonilla y Luis Aizpuru, se han puesto a punto para esta competición, que se disputará en diferentes modalidades y varemos según las categorías.
La equitación es un deporte que reúne dos elementos, el hombre y el caballo. El resultado es una disciplina que exige un conocimiento perfecto del animal y un profundo respeto hacia él. Montar a caballo no es sólo hacer deporte, es formar una unión entre el jinete y su caballo, lo que confiere a dicha actividad una dimensión particular.
Contrariamente a lo que se suele pensar, en equitación, el caballo no lo hace todo, montar a caballo exige un trabajo muscular muy importante a nivel de espalda y abdominales, y también de los músculos de las piernas y los glúteos.
Montar a caballo no es sólo bueno para el cuerpo, sino también para la mente. Nos ayuda a superar miedos, a coger confianza en uno mismo. Un caballo puede ser imprevisible y hay que aprender a gestionar todas las situaciones con mucha sangre fría.
La equitación es un deporte que se practica al aire libre en contacto con la naturaleza. En definitiva, es una de las actividades que aporta más posibilidad de desconexión y relajación.
