La joven de 19 años H.O., apuñalada hasta la muerte el pasado 2 de diciembre junto con su acompañante M.O., y su prima K.H., denunciaron en el pasado mes de julio la grave situación de malos tratos matrimoniales por la que habían pasado, y la situación de amenazas de muerte que estaban viviendo de modo continuo por parte de sus ex parejas. Según han informado fuentes cercanas al caso, después de que en ese mes de julio K.H. se viera obligada a abandonar el centro de acogida de mujeres maltratadas de Melilla al denegársele la Tarjeta de Residencia, el pasado miércoles -una semana después del doble homicidio de La Alcazaba- recibió la orden de ingresar de nuevo en dicho centro de acogida. En el caso de H.O., todo parece indicar que el marido no paró hasta asesinarla en la carretera de La Alcazaba. De hecho, apuntaron las citadas fuentes, la víctima se quejaba de que su ex pareja tenía informadores constantes que decían al marido en que lugar de la ciudad se encontraba en cada momento, "por eso no tardó en localizarla el aciago día del doble crimen de violencia de género".
Ahora, aseguran que tras el fallecimiento de H.O., las amenazas hacia K.H. por parte de su ex marido, residente y con antecedentes penales, "se han recrudecido tras el doble asesinato del día 2 de diciembre".
La prima de la fallecida, K. H., convivía con ella en uno de los Centros de Acogida de Melilla, del que se vio obligada a salir en el día 24 de julio, tras serle denegado el permiso de residencia, por no haber podido documentar la situación de malos trato. Posteriormente, K.H. interpuso un recurso de reposición que ha sido igualmente denegado, y que le fue comunicado a principios de la pasada semana.
El trágico suceso en el que fue asesinada su prima Hannan y el amigo que la acompañaba, parece haber invertido la situación y el pasado miércoles, K.H. recibió la orden de ingresar de nuevo en un centro de acogida. Su situación se está evaluando en estos momentos, ya que sigue recibiendo amenazas de muerte por parte de su ex pareja, con el que tiene dos hijas.
Para un maltratador, subrayan, "su victoria es el asesinato de su expareja y nada le importan la veintena de años de cárcel a la que puede verse condenado". En el caso de K.H., las amenazas por parte de su ex marido, residente y con antecedentes penales, se han recrudecido tras el doble asesinato de la pasada semana. Para las citadas fuentes, "hay un aspecto a destacar, y es la situación de esclavitud documental en la que se encuentran estas mujeres, casadas muy jóvenes con individuos que las doblan la edad". Este, dicen, es el caso de K. H., que carece de Libro de Familia, de permiso de residencia, tanto de ella como de sus hijas y que no puede moverse en ningún caso, ni hacia Marruecos, ni hacia la Península. Igual que en el caso de su prima asesinada, creen que "K. H. debería ser trasladada de modo inmediato a la Península y regularizar allí su situación". "En Melilla corre el mismo peligro que su prima" advierten.
