Deseamos que esta misma situación que se produjo en Nochebuena de 2014 en Melilla , se repita también en Nochevieja y que la ausencia de incidentes dignos de mención sea la tónica predominante Melilla vivió una Nochebuena muy tranquila. A pesar del sonar del helicóptero durante la madrugada del 24 al 25, no hubo intentona de entrada de inmigrantes aprovechando una jornada festiva como esta, pensando que pudiera haber una relajación de las fuerzas de seguridad, que lógicamente no se dio. Otra cosa es lo que ocurrió con una patera con 19 marroquíes que desembarcó en las Islas Chafarinas y que fueron devueltos en aplicación del acuerdo de readmisión entre España y Marruecos, salvo uno, que dice ser menor dado y que fue trasladado a Melilla para hacerle las pruebas que puedan determinar si verdaderamente es así. De lo contrario, correría la misma suerte que sus compañeros.
Al margen de este fenómeno, la Nochebuena melillense también se caracterizó porque las principales zonas de ocio de la ciudad acogieron a los melillenses deseosos de disfrutar de una de las noches marcadas en rojo en el calendario nocturno local.
La ausencia de incidentes destacables en los locales de marcha y alrededores fue la tónica predominante, salvo pequeñas riñas sin mayores consecuencias o en algunos casos determinados comas etílicos, por una importante ingesta de alcohol. El tráfico rodado también transcurrió con normalidad y se contabilizaron pequeños accidentes de tráfico, en el que únicamente se produjeron daños materiales.
El dispositivo de seguridad de Nochebuena comprendió tanto a efectivos de la Policía Local como Policía Nacional y Guardia Civil, esta última sobre todo en el Puerto Deportivo, donde tiene la competencia de seguridad.
Deseamos que esta misma situación que se produjo en Nochebuena, se repita también en Nochevieja y que la ausencia de incidentes dignos de mención sea la tónica predominante. No obstante, hay que reconocer que la noche del 24 no tiene nada que ver con la del 31, donde la aglomeración de melillenses en los locales de ocio es mucho mayor. ¿Por qué? Porque mientras la primera festividad es eminentemente casera, en la segunda ganan quienes salen de marcha.
Por el momento, debemos felicitarnos por un buen ambiente navideño existente en Melilla. Esperemos que nadie ni nada lo estropee.
