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La llegada de inmigrantes sirios a Melilla se ha multiplicado por 12 en solo un año

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Melilla cerró un año 2014 marcado por la intensa presión migratoria y no solo sobre sus vallas. También en los pasos fronterizos, por donde de manera discreta y sin armar ruido han entrado casi la mitad de los 5.000 inmigrantes irregulares que han logrado cumplir su objetivo de llegar a Europa por una de las fronteras terrestres que tiene en las dos ciudades autónomas españolas. El éxodo sirio ha provocado el año que acaba de terminar la entrada de unas 2.400 personas, casi todas de forma clandestina ante las reticencias de estos inmigrantes a solicitar asilo en España para no cerrarse las puertas de otros países europeos a los que realmente quieren ir. El otro gran grupo de accesos irregulares lo han protagonizado este año los subsaharianos, de los cuales han entrado alrededor de 2.500, aunque han sido más de 19.000 los que lo han intentado, fundamentalmente saltando a la valla, según han informado a MELILLA HOY fuentes policiales.

La guerra de Siria ya empezó a notarse en Melilla hace dos años, cuando en torno a agosto empezaron a llegar algunas familias que llegaban huyendo de su país. Eso hizo que 2013 terminara con unos 200 sirios en Melilla, prácticamente todos en la segunda mitad del año. En 2014 la cifra se ha multiplicado por 12, ya que han terminado dentro de nuestra ciudad alrededor de 2.400 personas procedentes de Siria. Son casi tantos como subsaharianos, aunque en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) desde hace ya unas semanas los sirios son mayoría, tal y como informó este Diario el mes pasado.

Escolarizados en colegios
Actualmente en el CETI viven alrededor de 800 sirios, de los cuales más de un tercio son menores de edad que han llegado acompañados por sus padres, con los que viven en el centro. Suman en total unos 300 niños, muchos de los cuales han sido escolarizados en centros educativos de Melilla, lo que hace unas semanas provocó las quejas de los sindicatos de Enseñanza por el incremento de las ratios que se producía especialmente en determinados centros de la red de la educación pública de Melilla.

La gran mayoría de los 2.400 sirios que han llegado en 2014 a nuestra ciudad lo han hecho de forma clandestina a pesar de que tienen derecho a recibir protección internacional si la solicitan en los pasos fronterizos, donde este año se han instalado unas oficinas específicas anunciadas por el Ministerio del Interior, que fueron muy bien acogidas por las ONG.

Pese a todo, y aunque han aumentado las solicitudes de asilo respecto a años anteriores, siguen siendo muy pocos los inmigrantes que recurren a esta vía. El motivo, según apuntan fuentes policiales, hay que encontrarlo en el denominado convenio de Dublín, según el cual los inmigrantes con derecho a protección internacional solo pueden acogerse a él en un país miembro de la Unión Europea, en el que se verán obligados a residir. Esta limitación se estableció para evitar que los solicitantes de asilo sean reenviados de un país a otro o que se abuse del sistema y una sola persona registre varias peticiones.

Quieren ir a otros países
La realidad es que son muy pocos los inmigrantes sirios que quieren quedarse en España. Casi todos los que llegan quieren ir a otros países europeos, fundamentalmente Alemania y Francia, donde muchos tienen familia. El objetivo es, por lo tanto, la reagrupación o, al menos, asentarse en lugares donde existe una importante comunidad siria que les pueda prestar apoyo, como es el caso de esos dos países.

Por eso las mafias de la inmigración clandestina siguen haciendo caja con el drama humano que entraña este fenómeno, sobre todo el que encarnizan cientos de familias sirias que llegan huyendo del conflicto que asola su país, que compran documentación falsa haciéndose pasar por marroquíes para llegar a Melilla de manera clandestina a cambio de elevadas cantidades de dinero que superan con creces varios cientos de euros. Una vez en la ciudad, el siguiente paso es siempre ir a la Jefatura Superior de Policía para que se les aplique la Ley de Extranjería, los acojan en el CETI y los manden a la península, como ocurre con los subsaharianos.

Inmigración subsahariana
La presión migratoria que ejercen los sirios en los pasos fronterizos es mucho más discreta que la de los subsaharianos, cuyos intentos de entrada a través de los saltos a la valla, las pateras y los dobles fondos siempre es masiva y llamativa, formando "ruido" en la prensa nacional e internacional. Los sirios, en cambio, van llegando a cuenta gotas por los pasos fronterizos, aprovechando el movimiento de más de 30.000 personas que van de Melilla a Marruecos y viceversa a través de ellos.

El incremento más espectacular de los flujos migratorios hacia Melilla lo han protagonizado en 2014 los sirios, pero los subsaharianos no se han quedado atrás y también han aumentado la cifra, aunque en menor proporción.

Según fuentes policiales, de las más de 5.000 entradas de inmigrantes que se han registrado en el año 2014 en Melilla, unas 2.500 son de subsaharianos. Este colectivo supone, por lo tanto, prácticamente la mitad de toda la inmigración clandestina que llega a nuestra ciudad. El aumento respecto al año pasado es de aproximadamente 700, casi un 39% más, al pasar de 1.800 subsaharianos en 2013 a los 2.500 este año.

La mayoría ha llegado saltando la valla, un método que también controlan las mafias de tráfico de seres humanos, según han informado en diferentes ocasiones desde la Delegación del Gobierno, basándose en hechos como la existencia de unos "guías" que van conduciendo a los inmigrantes desde el monte Gurugú hasta el perímetro fronterizo. También por la coordinación de los subsaharianos a la hora de saltar la valla divididos en varios grupos y por diferentes zonas para tratar de mermar el dispositivo anti-intrusión que se despliega a ambos lados de la valla. En el año que acaba de terminar se han registrado unos 70 saltos masivos a la valla fronteriza, de los cuales 31 se han saldado con al menos una entrada. Todos ellos suman más de 19.000 intentos individualizados de entrada clandestina a través del perímetro fronterizo, pero al final solo consiguieron su objetivo de entrar a Melilla alrededor de 2.200, apenas el 12% del total. Estas cifras varían mucho de las que dejó 2013, año en que hubo más intentos de entrada que este año, concretamente 92 saltos masivos a la valla, de los cuales 35 se consumaron con alguna entrada. Se contabilizaron unos 5.200 intentos de entrada individualizados, y de ellos casi 1.050 consiguieron acceder, es decir, una quinta parte del total.

La conclusión, a la vista de las cifras, es lógica: la presión migratoria en 2014 ha sido extrema, como el anterior, si bien antes el salto a la valla era mucho más efectivo que ahora porque ha descendido el índice de entradas respecto a los intentos de manera muy considerable.

Esto se debe, según fuentes policiales, a la mayor efectividad de las Fuerzas de Seguridad del Estado y al refuerzo que se ha llevado a cabo en el dispositivo anti-intrusión, lo que dificulta incluso que los inmigrantes puedan llegar a tocar la valla. Probablemente ésa sea la razón por la que en 2013 hubo hasta 92 intentos de salto masivo y en 2014 haya habido 20 menos, ya que en éstos no se contabilizan los muchos avistamientos que también se han producido y que finalmente no se han materializado en intento de entrada al quedarse los inmigrantes lejos del perímetro.

Bajan las pateras y los dobles fondos
Esa mayor efectividad policial a la hora de contener la presión migratoria también es palpable en la lucha contra las mafias y así se ha traducido en los resultados de las pateras y los dobles fondos, los dos métodos más controlados por las redes de tráfico de personas y en los que más beneficio sacan por el precio que hacen pagar a los inmigrantes que se exponen a entrar en Melilla en esas frágiles embarcaciones o metidos en los huecos infrahumanos que las mafias fabrican en los depósitos de combustible, los salpicaderos, en el suelo o bajo los asientos de vehículos.

MELILLA HOY ya avanzó hace unos días esta realidad. De los 77 inmigrantes que accedieron en 48 coches con doble fondo en 2013, este año han sido la mitad: 35 subsaharianos en 28 coches. Son cifras muy reducidas respecto a los 341 inmigrantes que entraron con este método en 2012, y los 270 de 2011.

En cuanto a las pateras, en 2014 han llegado a las costas melillenses 9 embarcaciones con 188 inmigrantes a bordo. En 2013, en cambio, fueron 249 inmigrantes los que entraron en un total de 17 pateras. De nuevo, un número muy pequeño respecto a los dos años anteriores: en 2012 llegaron 431 inmigrantes por vía marítima en 30 pateras, y en 2011 alcanzaron las 755 entradas por este método, en un total de 71 pateras. Es decir, que en tres años las entradas en patera se han reducido en 4 veces, y en doble fondo casi 8 veces respecto a hace apenas tres años.

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Redacción

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