La decisión del personal de mantenimiento de Binter Mediterráneo de encerrarse indefinidamente en las oficinas malagueñas desde ya, abría un nuevo capítulo en la polémica que rodeaba el transporte aéreo desde hacía meses. Estos trabajadores habían llegado a tan extrema resolución asamblea después de que la dirección de la empresa no pusiera oídos a sus demandas, tendentes bien al pago de los días de descanso que se les adeudaban desde el año 1992, o a la concesión de esas vacaciones.
Con la entrada en vigor de la nueva Ley de Arrendamientos Urbanos, el Gobierno esperaba potenciar el mercado de viviendas en alquiler en España, hasta alcanzar en los próximos años una cuota del 40 por ciento sobre el total de viviendas.
