El Ministerio del Interior elevó ayer el nivel de alerta hasta la categoría 3-baja, un escalón más que el nivel 2-alto al que subió a comienzos de septiembre, un incremento de la alerta que se produce tras el atentado de este miércoles en París en la revista satírica Charlie Hebdo, donde fueron asesinadas 12 personas y otras 11 resultaron heridas, cuatro graves. Interior, no obstante, ha querido dejar claro que "no existe una amenaza adicional contra España", si bien ha añadido que "sería una imprudencia no adoptar esta medida" tras lo sucedido y por temor al efecto imitación. Así se reforzará la presencia policial en las calles y se restringirá el acceso a infraestructuras críticas de forma transitoria. España establece sus niveles de alerta antiterrorista en cinco: el Nivel de Normalidad (sin riesgo de atentado), el Nivel 1 (riesgo medio de atentado), Nivel 2 (riesgo alto de atentado), Nivel 3 (riesgo muy alto de atentado), Nivel 4 (riesgo extremo de atentado).
Dentro de cada nivel hay dos grados de intensidad: baja y alta. Es a partir del Nivel 3 cuando las fuerzas de Seguridad ya comienzan a desplegar sus efectivos, especialmente las unidades de intervención policial.
La amenaza la protagonizan hoy los llamados 'lobos solitarios', menos peligrosos que el terrorismo encuadrado en organizaciones. Numerosas páginas web relacionadas con 'Estado Islámico', vienen llamando a jóvenes europeos a unirse a su guerra santa, no sólo en Oriente Medio, sino también en sus propios países de residencia. Estas webs, también en castellano, han servido para captar a decenas de yihadistas residentes en España, particularmente en Ceuta y, sobre todo, Melilla.
Cuatro operaciones en Melilla
De hecho nuestra ciudad fue escenario en 2014 de cuatro grandes operaciones antiterroristas. La primera en marzo, donde fue desarticulada una célula de siete de integrantes, entre ellos su líder Mustafa (Rafael antes de su conversión) Maya Amaya. Según destacó entonces el Ministerio del Interior, había llegado a enviar a "decenas" de terroristas, en su mayoría franceses y marroquíes, a zonas de conflicto.
Dos meses más tarde, se detuvo a seis presuntos yihadistas, todos de nacionalidad española, que habían conseguido enviar a Mali a, al menos, 26 'combatientes' para integrarse en Al Qaeda.
La tercera, el arresto de dos mujeres, una de ellas menor de edad, cuando se disponían a partir a colaborar con el Estado Islámico, en el momento que cruzaban la frontera de Beni-Enzar.
Y la cuarta y última, a mediados de diciembre después de que la Policía Nacional y la Dirección General de la Vigilancia del Territorio (DGST) de Marruecos detuvieran a siete personas de una red que enviaba mujeres al grupo terrorista islámico DAESH. Tres de las detenciones se practicaron en Melilla, una en Ceuta y una quinta en Barcelona, y dos en Castillejos (Marruecos).
