Un temporal sin precedentes históricos similares, pero afortunadamente menos catastrófico que el del año 85, en que Melilla quedó prácticamente inundada, dejaba a la ciudad un blanco y persistente rastro de granizo que, en algunas zonas, llegó a asimilarse a un manto de nieve. El fenómeno meteorológico puso de manifiesto las muchas carencias y deficiencias de Melilla en materia de infraestructura. A los apagones de luz, unidos a los cortes de tráfico por la inundación de varias vías, se sumaron los cortes de telefonía y de televisión.
A pesar del temporal, la ministra de Justicia visitaba Melilla para conocer las nuevas instalaciones de que la Administración de Justicia tenía en las Torres V Centenario.Margarita Mariscal anunciaba la creación de un nuevo juzgado, esta vez el de Menores.