Una modalidad de fraude a Hacienda estaba consiguiendo un número creciente de adeptos en nuestra ciudad por aquellas fechas: la importación de mercancías a nombre de personas fallecidas. La práctica, cada vez más extendida aunque ello no provocara ninguna reacción por parte de la Administración, podía suponer la pérdida de decenas de millones de pesetas anuales para el Fisco, toda vez que éste no suele controlar las actividades de quienes están teóricamente muertos, aunque sigan gozando de buena salud para el cultivo de los negocios. Por otro lado, se informaba que el senador y concejal Carlos Benet ofreció una rueda de prensa que no aportaba más novedades que la del anuncio de una fecha exacta, la del 14 de marzo, para la aprobación definitiva del Estatuto de Melilla.
