La corresponsal internacional más veterana de TVE, Rosa María Calaf, Ana Isabel Lara, Francisca López, y la artista granadina Susana Vega presentaron ayer el calendario 'Tiempo de Mujeres’ en la sede de la UNED. Además, con casi un centenar de espectadores, la "invitada estrella", Calaf, ha hablado sobre sus experiencias y ha ofrecido una perspectiva de género sobre la situación actual de la comunicación y su aspecto laboral. La prestigiosa periodista, Rosa María Calaf, ha visitado la ciudad gracias a su participación, para ella “gran responsabilidad”, en el calendario dedicado a las mujeres creadoras de opinión.
En este caso Calaf asegura que ha sido una “iniciativa fantástica” ya que mezcla ejes que han sido “el centro de mi actividad vital, profesional y personal: la información, la formación –ya que el calendario se trabajará en los centros escolares–, y la perspectiva de genero”.
Además, al calendario se une una viñeta en la que la periodista sale en avión y es que ésta profesional del periodismo ha conocido 178 países durante toda su vida por lo que “se siente muy identificada” con la viñeta realizada por la artista granadina.
“Todavía nos queda mucho por hacer”
En relación a la situación en la que se encontraba Calaf cuando llegó al sector, actualmente “el periodismo ha cambiado mucho afortunadamente” ya que “mujeres y además reporteras éramos muy pocas, y de internacional nada”.
Sin embargo, “aunque ahora estamos en las facultades, en las redacciones, nos queda mucho por hacer” ha apuntado la excorresponsal que ha insistido en que las mujeres “seguimos estando en la tropa pero no en el mando”, por lo que ha llamado a “seguir peleando por una posición igualitaria dentro de las profesiones, incluso más que antes porque está habiendo incluso un retroceso”.
Para Calaf actualmente se “está priorizando otra vez la imagen sobre el contenido y sobre el talento” y esto no se puede permitir ya que “es evidente que eso no pasa con lo hombres”. A juicio de la periodista “estamos en un momento muy delicado” ya que “en el sur a las mujeres que están profundamente discriminadas reprimidas se les quiere hacer creer que no hay nada que hacer y que tienen que resignarse”. Sin embargo, a la vez en el norte “se nos quiere hacer creer que ya está todo hecho y eso no es así”. “Ninguna de las dos cosas son ciertas”, ha aseverado.
Todo ello a raíz de las preguntas a la periodista sobre su situación como profesional, siendo mujer y extranjera en los diferentes paises a los que ha viajado. Así, ha señalado que en muchos casos ha podido hacer “más cosas de las que podría haber hecho por ser mujer y que ha sido una dificultad añadida” en especial ha concretado, “en aquellas sociedades más patriarcales en las que te trataban como un mueble o te tenías que vestir de una determinada manera o incluso no dejaban hacer determinadas entrevistas”.
Sin embargo, Calaf ha visto la otra cara de la moneda y para ella “también es una ventaja”, ya que la posición como mujer según la excorresponsal es que “puedes aprovechar la posibilidad de entrar en el mundo de las mujeres de esos paises, en el que los colegas hombres no pueden entrar”. Con ello se refiere a que “la construcción social, la comunitaria la sostienen las mujeres” y “es como mejor se puede ver la realidad” . Así ha puesto como ejemplo “ el Congo donde las mujeres son violadas sistemáticamente, y esa experiencia negativa no se lo van a contar a un hombre, pero a ti si”.
Tratamiento mediático de la valla
Calaf ha señalado que si ella tuviera que contar la noticia “nunca utilizaría expresiones tremendistas como la de tsunami” , porque “tienen una connotación negativa, tremendista y que estigmatiza a los inmigrantes que pasan la valla”. “Hay que tener mucho cuidado de como se tratan estos sucesos”, ha sentenciado.
Según la excorresponsal ese tipo de expresiones “crean miedo en la ciudadanía y dan sensación de amenaza” cuando para Calaf “realmente somos más amenaza nosotros para ellos, que ellos para nosotros”.
La mejor herramienta para Calaf en cuanto al trato de este tipo de información es “dar mucho conocimiento para que la gente se haga la pregunta clave, es decir, el por qué vienen”, ya que “no vienen porque les gusta, vienen porque en sus paises se mueren de hambre”. Así, ha incidido en que debemos ver “que responsabilidad tenemos nosotros en que ellos se mueran de hambre en sus paises”.
Actual situación del periodismo internacional
Según ha señalado la avezada periodista la evolución del periodismo internacional ha dado lugar a que actualmente este tipo de periodismo “es mucho menos reflexivo y analítico”, sobretodo al estar “mucho menos contextualizado, profundo y rigurosos”.
Para Calaf esto se debe a que “se prima la inmediatez y se olvida el contenido”, lo cual “no es culpa de los periodistas que hacen eso”. Así, ha indicado que “menos mal que están los freelance que son los que están salvando la información internacional”, aunque la excorresponsal ha alertado de que la situación de los freelance da lugar al “riesgo de informar aquello que te compran y no lo que hay que contar”.
Esta situación la ha trasladado a los medios y empresas periodísticas las cuales ha indicado que “tienen un fin cada vez más mercantilista y menos vocación informativa de servicio al conocimiento del ciudadano”.
En su opinión “se prima lo que impacta sobre lo que importa y eso es muy grave para la construcción social”. También ha señalado que ha habido un “deterioro de la calidad periodística”, ya que “se fuerza a una misma persona a que tiene que hacer todo: cámara, contar por la red, escribir, y eso no hay ningún genio que lo pueda hacer”.
Para la corresponsal “si estas entrevistando a alguien y a la vez la grabas no estás pudiendo hablar con la gente a la que le están pasando cosas y no ves lo que está ocurriendo a tu espalda”.
Por otro lado, otro de los fenómenos que Calaf ha explicado que están sucediendo en el periodismo, y en especial en el internacional es el de “convertir en protagonista al periodista”. La excorresponsal ha insistido en que el periodista “es un puente, un intermediario, ya que es un vehículo de comunicación entre realidades y entre personas”.
Calaf considera que ese protagonismo “está provocando que estés dando una estética cinematográfica a la información, y la vida de las personas no es una película”.
