El doctor universitario, Miguel Ángel Acosta, ha realizado un trabajo sobre la cuestión de la frontera en Melilla titulado ‘Las fronteras terrestres de España en Melilla: delimitación, vallas fronterizas y ‘tierra de nadie’ del que contará a MELILLA HOY algunas de las conclusiones donde analiza desde el punto de vista jurídico el territorio en el que se sitúa la valla y propone varias soluciones a la inmigración irregular.
- ¿Cuál es el objetivo de su trabajo?
El trabajo 'Las fronteras terrestres de España en Melilla: delimitación vallas fronterizas y 'tierra de nadie'' se enmarca dentro de un proyecto de I+D titulado 'Cuestiones territoriales y cooperación transfronterizas en el área del estrecho' que está dirigido por el catedrático de Derecho Internacional Público de la Universidad de Cádiz con la Cátedra 'Jean Monnet' sobre 'Inmigración y Fronteras' de Derecho de la Unión Europea, Alejandro del Valle.
Asimismo, el objetivo de este proyecto es hacer un análisis desde el punto de vista jurídico para estudiar los estatutos de todas las ciudades, islas y peñones de España en el norte de África. En mi caso, me he centrado en la Ciudad Autónoma de Melilla y en la delimitación fronteriza de la ciudad.
En concreto, los tres elementos territoriales con los que cuenta Melilla: las fronteras de mar por la existencia del Puerto de Beni-Enzar, que se adentra dentro del puerto melillense en aguas integras españolas; fronteras terrestres, con la cuestión de las vallas como elemento delimitador entre España y Marruecos; y por último las fronteras aéreas entre España y Marruecos perteneciente a la Ciudad Autónoma de Melilla.
- En concreto, con su última publicación sobre las fronteras terrestres melillenses ¿a qué conclusiones ha llegado?
La cuestión en la que me centro es que actualmente se está hablando de un tema que jurídicamente no existe, ni está recogido en ningún sitio, que es el de las devoluciones en caliente. Éste, según creo, lo creó el delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik el Barkani, para hacer referencia a las devoluciones que se estaban produciendo. Sin embargo, antes de saber si se ha producido una violación de los derechos humanos por parte de España a la hora de llevar a cabo devolución de inmigrantes, sin respetar los derechos fundamentales, en concreto, el derecho al asilo o refugio, habría que determinar primero, cuales son las fronteras de España y si esa persona está o no en territorio español.
Aquí entra otro de los conceptos que jurídicamente tampoco existe que es el de 'tierra de nadie' el cual supuestamente es el espacio existente entre la valla interior y la valla exterior de la frontera entre España y Marruecos. En este sentido, España jamás podría construir algo fuera de su territorio, por lo que las vallas están enteramente en territorio español.
Por ello, no hay ningún tipo de justificación legal para pensar lo contrario. Si vemos en las hemerotecas en el Congreso de los Diputados, tanto el actual Gobierno central como el anterior alegaban los mismos argumentos, y causaban un gran impacto a la oposición, pero la conclusión del trabajo es que la valla exterior e interior están construidas en territorio español, incluso hay territorio español más allá de las vallas exteriores.
Esto lo dijo el Ministro del Interior en la legislatura en la que gobernaba el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y lo ha reconocido el actual Gobierno en el Congreso de los Diputados. Desconozco, porque argucia política que no jurídica, intentan alegar que la particularidad de las fronteras de Ceuta y Melilla hacen que para el caso específico y único de la aplicación de extranjería, el espacio entre las dos vallas no es territorio español, y por tanto no se le aplicaría la legislación en materia de extranjería a afectos de poder solicitar protección internacional.
Podemos llegar a distintas conclusiones absurdas, como dice el Ministerio del Interior para entrar en España tienen que saltar o salvar todo lo que es el perímetro fronterizo de las dos vallas, pero entonces si queremos evitar la inmigración irregular pongamos 14 vallas, así, disminuimos el poco espacio que tiene la Ciudad Autónoma de Melilla para que ese individuo tenga todavía más dificultad para poder acceder legalmente en España.
La otra situación absurda, es que en el momento en el que se produzca cualquier tipo delictivo, lesiones o incluso una muerte –como pasó antes de las navidades– entre las dos vallas habrá que estudiar a quien compete la jurisdicción, ya que el Gobierno español dice que el espacio entre las dos vallas no es suya y Marruecos que además no reconoce que Melilla esté en territorio español, puede decir que lo van a ocupar, que por ejemplo, es lo que ha pasado con la porción de tierra que se ha quedado más allá de la valla exterior.
En este sentido, si acudimos a los tratados internacionales de delimitación ambos países, queda espacio español más allá de la doble valla, espacio que España prácticamente lo ha abandonado de forma implícita, y que Marruecos desde el año 1998 ha asumido como propio sin ningún tipo de protesta por parte de las autoridades españolas. Existen obras que está analizando Marruecos para crear una valla en esa zona neutral que jamás se ha respetado y que Marruecos la considera ya como propia.
- ¿Cuáles son las soluciones entonces a la situación de la frontera y de la inmigración irregular?
La reforma de la Ley Extranjería, en una disposición adicional, en mi opinión errónea, identifica la delimitación entre España y Marruecos, pero lo confunde con la demarcación lo cual son conceptos distintos. Esto marca que para España la frontera está en la valla, por lo que implícitamente está cediendo el terreno al país vecino más allá de la valla exterior.
Por ello, lo primero que habría que tener claro es que cuales son las fronteras españolas con Marruecos. En mi opinión la solución más práctica es que, la valla exterior vendría a ser la demarcación y delimitación entre España y Marruecos, aunque esto supone el abandono del terreno más allá de la doble valla.
Una segunda cuestión, que es lo que realmente importa a la población melillense y a las autoridades, es la lucha contra la inmigración irregular y si realmente el doble vallado es un instrumento útil para hacer frente a esta inmigración, para lo cual hay diferentes soluciones.
Por un lado, no creo que haya que eliminar la valla porque hace falta un mecanismo fronterizo, nos guste o no, para determinar donde empieza un territorio legalmente. Pero si hay soluciones como la cooperación al desarrollo. Es una opción que está ahí, y que habría que incentivarlo ya que favorece la posibilidad de que esas personas no tengan la necesidad de huir de su país buscando una vida mejor, poniendo en riesgo su vida, saltando la valla con las concertinas, las cuales provocan un daño bastante grave en las personas.
La segunda cuestión, y en este tema estoy de acuerdo con las asociaciones de guardia civiles, es una mejora de infraestructura. El doble vallado actualmente está doblemente superado por las circunstancia, por lo que habría que cuestionar si es un mecanismo válido para hacer frente a la inmigración irregular. Por ello, mi propuesta que podría hacerse a través de mecanismos tecnológicos, incluso estudiar la posibilidad de utilizar drones para un mejor control de la frontera y gestionar esos flujos migratorios. Además, esta opción pasaría además por un elemento que siempre se deja en el tintero, el fortalecimiento de la cooperación policial y política con Marruecos.
Si bien Marruecos no reconoce la soberanía española sobre Melilla, lo cual continuamente recalca, tenemos un problema común, que es la inmigración irregular por lo que entonces la opción sería que dejásemos aparate la cuestión territorial, que es un tema de difícil solución, y cooperamos para hacer frente a la inmigración irregular. Esta solución entre ambos países no tiene porque ser la puesta en escena mayores medios represivos, sino que digamos una mejor gestión. Poner unos controles más efectivos que sean protectores de los derechos fundamentales de inmigración, y que además iría en paralelo a una mejor cooperación económica con los países de origen.
