En apenas tres días se han producido dos sucesos que han costado la vida de dos personas aunque en hechos de signo muy diferente, en el primero de un belga, con tarjeta de residencia en España, y en el segundo de un joven melillense, de nacionalidad española En apenas tres días se han producido dos sucesos que han costado la vida de dos personas aunque en hechos de signo muy diferente, en el primero de un belga, con tarjeta de residencia en España, y en el segundo de un joven melillense, de nacionalidad española.
Sobre el primer caso, ocurrió el jueves de madrugada pasado cuando un hombre murió en el momento que viajaba como copiloto de un vehículo que cayó al cauce del arroyo Mezquita cerca del Polígono Industrial Sepes, desde una altura de unos dos metros y medio. La Policía Nacional ha abierto una investigación a raíz de estos hechos, ya que el vehículo siniestrado aceleró repentinamente su marcha tras cruzarse con un coche camuflado de la Policía, lo que despertó las sospechas de los agentes. Además, el conductor consiguió escapar, por lo que está siendo buscado por este cuerpo de seguridad.
En este sentido, señalar que las pesquisas están avanzando a buen ritmo y no se descarta que en breve sea detenido el conductor de coche que en su huida de un coche "secreta" de la Policía, cayera el cauce y causara con ello el fallecimiento de su acompañante.
Por otro lado, el domingo por la mañana volvía a producirse una noticia luctuosa, esta vez de un melillense de unos 24 años de edad, Haimito D., que fue hallado muerto "semicalcinado" a primeras horas de ese día en el interior de un vehículo todoterreno. Se trata de un conocido repartidor de butano apodado "Garbanzo" y residente en las 400 Viviendas de la Constitución.
La Policía Nacional también se ha hecho cargo de la investigación de este caso y, según ha podido saber MELILLA HOY, se ven muy improbables dos de las hipótesis que están barajando algunas personas, como la "venganza yihadista" o una cuestión de celos. Hasta el momento no sabe a ciencia cierta lo que ha podido ocurrir y por ello no se descarta desde una muerte accidental a una provocada, y en caso de ser esta última opción, la de un ajuste de cuentas.
En cualquier caso, habrá que dejar a las fuerzas de seguridad hacer su trabajo así como a la Justicia, para que arrojen luz sobre estos sucesos y determinen qué pasó en realidad.
