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La Iglesia en Melilla no ve “problema” alguno en que las niñas puedan ser y sean monaguillas

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El vicario episcopal de Melilla, Roberto Rojo, manifiesta que desde el Concilio Vaticano II la mujer ha pasado a ocupar un lugar destacado dentro de la vida de la Iglesia, "como no podía ser de otro modo", ocupando un puesto cada vez más importante. Por ese motivo dice no entender que haya quienes se opongan a que haya niñas que también puedan actuar como monaguillas, cuando afirma que es algo completamente normal en la Iglesia española, e incluso en el propio Vaticano. Varias diócesis españolas también se han pronunciado al respecto tras la negativa de un sacerdote en Estados Unidos. Cientos de niños y niñas españoles ayudan cada domingo en la misa de su parroquia como "monaguillos" y "monaguillas", una dinámica que lleva años realizándose "con total normalidad", según explican desde varias diócesis españolas que no ven "problema" en que las niñas sirvan en el altar.

La pregunta sobre si las niñas deben o no ser monaguillas surge a partir de la decisión de un sacerdote de San Francisco (EE.UU.), Joseph Illo, que decidió hace dos meses que las niñas no podrán servir en su iglesia 'Star of the Sea' como monaguillas porque considera que el servicio en el altar va intrínsecamente ligado al sacerdocio.

Polémica
El padre Illo asegura en su blog –'www.frilloblog.com'– que ha adoptado esta política de monaguillos basándose en las normas de la Iglesia católica, concretamente, en una directiva de la Congregación para el Culto Divino que, según apunta el sacerdote, dice que un obispo "no necesita que los sacerdotes de las diócesis requieran el servicio en el altar de las mujeres, porque siempre es apropiado seguir la noble tradición de tener chicos en el altar".
"El servicio en el altar está ligado intrínsecamente al sacerdocio y sirve como un salto hacia el seminario. Si la Iglesia Católica ordenara mujeres, las monaguillas tendrían sentido, pero el sacerdocio es un carisma masculino. Con riesgo de generalizar, sospecho que los jóvenes pueden distraerse del sacrificio de la Misa si sirven junto a ellos niñas", explica, al tiempo que apunta que ha recibido la bendición del arzobispo Salvatore Cordileone.

Esta parroquia de San Francisco no es la primera de EE.UU. que cambia su política de monaguillos pues en agosto de 2011, en la diócesis de Phoenix, el padre John Lankeit, de la Catedral de San Simon y Jude, decidió poner en marcha dos programas diferenciados, uno para niños que sirvieran en el altar y otro para niñas como sacristanas.

El padre Lankeit citaba como ejemplo a las diócesis estadounidenses de Lincoln (Nebraska) y Ann Arbor (Michigan) donde la limitación del servicio en el altar a los chicos había generado muchas vocaciones.

Melilla
Mientras, en España, desde el arzobispado de Zaragoza recuerdan que la Instrucción 'Redemptionis Sacramentum' de la Congregación del Vaticano para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos de 2004, aclara que es "muy loable" que se conserve la costumbre de que niños o jóvenes sean "monaguillos" y puntualiza que "a esta clase de servicio al altar pueden ser admitidas niñas o mujeres, según el juicio del obispo diocesano y observando las normas establecidas".

En esta línea, diócesis españolas como las de Huelva, Gerona o Astorga no se plantean un debate sobre este tema porque no ven "problema alguno" en esta tradición de que niños y niñas sirvan a su parroquia como monaguillos. También desde Getafe explican que los párrocos se rigen por la costumbre.

Por su parte el vicario episcopal de Melilla, Roberto Rojo, considera que se trata de una polémica sin demasiado sentido, tanto en España como en el resto del mundo. Además manifiesta que en un reciente viaje a Estados Unidos donde acudió a oficiar una boda, estuvo arropado por la asistencia de dos monaguillas. "En España no hay problema. Desde el Concilio Vaticano II, la mujer desempeña desde entonces muchos servicios de la Iglesia y la Liturgia. Puede leer la Palabra de Dios, dar la Comunión y hacer Celebración de la Palabra, por lo que también pueden actuar como monaguillas", señala. En la ciudad niñas y mujeres desarrollan esta labor en distintas parroquias melillenses, algo que apunta Roberto Rojo que debe verse con total normalidad.
"Desde el Vaticano II, la mujer ha empezado a participar y con mucha regularidad en la vida de la Iglesia, incluso en la celebración de los sacramentos. ¿Por qué no? Como se dijo en la 'Redemptionis Sacramentum', todos somos pueblo de Dios: hombres y mujeres". Una polémica "sin sentido", opina.

20 años de monaguillas
Las niñas pueden ser monaguillas desde hace 20 años y es una decisión que se deja en manos del obispo de cada diócesis. Así lo explica un documento de 1994 firmado por el entonces prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Javierre Ortas, en el que se clarifican ciertos aspectos del canon 230.2 del Código de Derecho Canónico, referente a las funciones de los laicos en las celebraciones litúrgicas.

En este texto, el Vaticano señala que "si un obispo permite que, por particulares razones, la mujer sirva en el altar, esta decisión debe ser explicada a los fieles". Además, apunta que "los laicos, sean hombres o mujeres", pueden realizar estos servicios litúrgicos –leer, dar la comunión– si así lo estima oportuno el prelado.

Más reciente es la Instrucción 'Redemptionis Sacramentum' de 2004, en la que el Vaticano subraya que para ser monaguillo "pueden ser admitidas niñas o mujeres, según el juicio del obispo diocesano y observando las normas establecidas". El Papa Juan Pablo II fue el primer Pontífice que fue ayudado por cuatro monaguillas en 1995 en una parroquia romana.

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J.A.M

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