Las mujeres de mi familia han marcado mi vida. Mi madre, mi mujer, mis hijas y mis hermanas. Un 9 de febrero hace 34 años nació Sendy, Dios nos ofrecía el mejor regalo que una pareja puede obtener, una verdadera bendición a nuestro amor, que cinco años más tarde se vio compensada con nuestra hija Anyeli. Dos hijas, a las que hemos enseñado los valores de la vida y la filosofía hindú. Dos hijas de las que nos sentimos muy orgullosos, dos hijas que miran y se preocupan primero por el prójimo antes que por ellas mismas. Y además de dos preciosidades hindúes. Gracias por compartir la vida con nosotros, y que la próxima reencarnación sigáis siendo nuestras hijas. Eso es algo que pido a Dios todos los días. Sendy es pura sensibilidad y sentimiento. Aun hoy en día cuando no estamos de acuerdo en algo, y la miro fijamente, se le saltan las lágrimas como cuando era pequeña. Agradecer a las dos el haber ampliado la familia con Jesús y Mario, sus respectivas parejas, demostrando así que las enseñanzas que les hemos transmitido la han sabido ejercer con total libertad.