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La desesperación, la casualidad de llegar a CLECE y la calidad humana

melillahoy.cibeles.net fotos 1113 01 FOTO PARA LA OPINION Madre afortunada

La historia de L.G.F. es una de las que nos encontramos en la sociedad actual y las que te hacen pensar en que hay una puerta a la esperanza. Lola es una chica joven y con ganas de triunfar en la vida. Se casa muy joven y tiene a su único hijo hasta el momento. Hace 13 años decide trasladarse a Málaga para emprender un negocio familiar junto a su marido, y todo va sobre ruedas hasta que la crisis llegó a sus vidas como a miles de españoles. Lola y su familia tienen que regresar a su tierra natal Melilla, para intentar encontrar trabajo y llevar una vida, si no como la de antes, al menos digna. Tras varios meses en la Melilla y donde tan sólo su marido encontró trabajo de forma esporádica, llega lo que nadie quiere, el paro de larga duración con los consiguientes daños sociales que ello conlleva. Su hijo de 17 años estudia segundo de bachiller donde sus buenas notas le aventuran que hará una carrera universitaria, pero las condiciones de entonces esto sería impensable. La desesperación le llevaron a echar los curriculum a casi todas las empresas de la ciudad, pero sin recibir respuesta alguna, los curriculum no hablan, ni siente ni padecen y cuanto más desesperado estás menos puertas se te abren. La casualidad la llevó a Clece y allí se encontró con el gerente, al que no conocía de nada solo de oídas, Cristóbal Sánchez, quién la atendió y la escuchó, que no es poco en la época que vivimos. Durante casi una hora Lola le contó a Cristóbal la situación personal, laboral y sobre todo emocional por la que estaba pasando, el no contar con dinero ni para subsistir el día a día. De hecho la entrevista con Clece fue en marzo y las navidades anteriores fueron insostenibles, tan sólo la caridad de los amigos de verdad de esos que están siempre y familiares hicieron tener un plato caliente en la mesa. De la misma forma le comentó la imposibilidad de darle a su hijo la carrera que él quiere en definitiva tener ilusión por la vida, contar con una esperanza, una luz. Cristóbal se sensibilizó inmediatamente con Lola y le buscó una incorporación preferente para trabajar en ayuda a domicilio servicio que tiene la empresa Clece y donde Lola cuenta con todas titulaciones exigidas.

Pero la historia de Lola no acaba con su incorporación al Servicio de Ayuda a Domicilio y poder tener un trabajo digno para poder sacar adelante a la familia, como único miembro que trabaja, sino que Lola queda embarazada de su segundo hijo, 17 años después, en un principio una felicidad, pero fríamente no era el momento, como ella describe, la situación no era la idónea ya que tenía un contrato temporal en la empresa que acababa de entrar, no podía seguir con el embarazo, eso pensó, pero lo primero fue comunicarlo al gerente de Clece, la persona que había confiado en ella y le había dado la oportunidad de tener un trabajo, de emprender una nueva vida, Lola le expresó a Cristóbal sus intenciones de interrumpir el embarazo, pero el gerente de Clece no sólo le aconsejó que no lo hiciera, sino que le ofreció toda la ayuda y apoyo posible por parte de la empresa y de él personalmente durante todo el embarazo, esto fue un soplo de aire fresco para Lola que se decidió con muchas dudas a continuar con su embarazo. A día de hoy su marido también se ha incorporado a la empresa Clece como oficial de mantenimiento y Lola está viviendo una de sus mejores épocas en su vida, no sin tener siempre presente a Cristóbal y a la empresa Clece que le dieron la oportunidad de tener un trabajo digno y poder subsistir cuando todo le era adverso. Para Lola el poder seguir con su embarazo y tener una vida digna junto a su familia con la que espera cumplir sus sueños, es más de lo que ella hubiera imaginado, todo gracias al apoyo de Clece y a la sensibilidad de su gerente Cristóbal que creyeron en ella, que le brindó esa oportunidad cuando más lo necesitaba, desde el minuto uno supo empatizar con ella en un tiempo en que la situación en general es muy negativa para todo el país, en cuanto a la incorporación laboral y porque no decirlo también cuando aún hay empresas que por el hecho de ser madres ni te aceptan.

Hay muchas Lolas en este país y ojalá todas ellas tuvieran cabida en empresas como CLECE.

Grano a grano se hace la montaña, y como dice Lola"mi hijo no solo viene con un pan bajo el brazo, sino con un Ángel de la guarda, llamado Cristóbal Sánchez"
Gracias a Clece y gracias por una nueva vida "Jefe".

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