Seis inmigrantes de origen subsahariano intentaron entrar ayer a Melilla de forma clandestina a bordo de un vehículo kamikaze. Es el segundo caso de este tipo que se da en poco más de dos semanas, aunque a diferencia de los hechos ocurridos el pasado 23 de enero en la frontera de Beni-Enzar, el intento de ayer tuvo lugar en el paso de Farhana muy temprano. Concretamente, a las ocho de la mañana, según informaron a MELILLA HOY fuentes de la Delegación del Gobierno, cuando un coche se aproximó por la frontera a toda velocidad. El vehículo, un Volkswagen de color azul marino, se saltó el control marroquí y se dispuso a hacer lo mismo en el lado español, aunque finalmente terminó chocando contra un poste. Pese al tremendo impacto, que dejó huellas evidentes en la zona delantera del vehículo, como se puede apreciar en la imagen difundida por Onda Cero Melilla, el conductor salió corriendo del coche para alejarse de las instalaciones fronterizas y adentrarse en la ciudad.
Sin embargo, pudo ser interceptado por un guardia civil, que resultó herido de levedad en una pierna cuando forcejeaba con el inmigrante, que fue finalmente detenido y trasladado al calabozo para su puesta a disposición judicial. Las autoridades marroquíes se hicieron cargo de los otros cinco inmigrantes que viajaban en el coche, al considerarse que no habían entrado en territorio español.
Frontera de Farhana
El hecho de que el intento de entrada de ayer se produjera en el paso de Farhana no es casual. Según indicaron a este Diario fuentes policiales, esto se debe a que aquellas instalaciones se han quedado antiguas y no tienen las mismas medidas de seguridad que sí se han implantado en la frontera de Beni-Enzar gracias a las recientes obras de remodelación. De hecho, cabe recordar que el caso del vehículo kamikaze del 23 de enero, éste se quedó en la zona de tierra de nadie tras quedarse empotrado en la puerta de entrada.
A ello hay que sumar, además, que la parte marroquí también ha reforzado sus sistemas de seguridad instalando unos bloques de hormigón para obligar a los vehículos a circular haciendo un zigzag, algo incompatible para los coches kamikazes, cuya estrategia es saltarse los controles de seguridad de ambos lados de la frontera pisando a fondo el acelerador.
El responsable del Sindicato Unificado de Policía (SUP), Jesús Ruiz Barranco, recordó ayer a este Periódico los numerosos escritos que han presentado a lo largo de los últimos meses para pedir que se haga una inversión importante en el paso de Farhana para incrementar la seguridad de agentes y usuarios de la frontera como se ha hecho en el paso de Beni-Enzar.
“Las mafias se aprovechan de las debilidades, y en el paso de Farhana hay muchas porque es una frontera a la que le queda mucho. Está realmente obsoleta y hay que cambiarla entera, pero para eso hay que invertir y lo hemos pedido ya muchas veces por escrito”, subrayó Ruiz Barranco.
Según el responsable del SUP, las malas condiciones de la frontera de Farhana es algo que reconocen incluso en la Jefatura Superior de Policía, habida cuenta que esta aduana ha aumentado mucho sus tráficos en los últimos años y han sido pocas las mejoras a las que ha sido sometida. A ello se suma, además, el mal diseño con el que fue construida, habida cuenta que “el sol pega durante todo el día” y los pocos agentes que prestan servicio en ella “trabajan en unas condiciones lamentables respecto a las de Beni-Enzar, donde la situación ha mejorado aunque otras organizaciones sindicales piensen lo contrario”, afirmó.
Preocupación
El coche kamikaze de ayer es el segundo en apenas 15 días. Fuentes policiales han apuntado a MELILLA HOY su preocupación por la posibilidad de que esta estrategia empiece a repetirse “con asiduidad”, dado el peligro que supone para todas las partes, incluidos los inmigrantes que viajan en el interior de los coches de forma prácticamente descontrolada. Hay que recordar que los dos primeros coches kamikazes se dieron en enero de 2013, cuando 21 inmigrantes entraron a Melilla de esta forma y fueron finalmente devueltos mediante el Convenio de Readmisión firmado entre España y Marruecos en 1992.
Aquello terminó con la imputación del delegado del Gobierno y el jefe accidental de la Guardia Civil, aunque desde entonces no volvió a darse ningún caso más hasta el pasado 23 de enero. En los dos últimos coches kamikazes han tratado de entrar 21 inmigrantes en total.
