Entidades marroquíes calculan que el desmantelamiento de los campamentos del monte Gurugú supuso la detención de más de 1.200 inmigrantes, que fueron trasladados el mismo martes en una veintena de autobuses hacia destino desconocido. Según la información que ha difundido la activista Helena Maleno, de la ONG Caminando Fronteras, los autobuses se dirigieron a “centros de detención improvisados” en ocho ciudades marroquíes, concretamente Kelaa, Safi, Essaouira, Chichaoua, Goulmima, Youssoufia, El Jadida, y Errachidia.
Las ONG del país vecino han denunciado que el desalojo de los campamentos se hizo en condiciones infrahumanas y que estas expulsiones colectivas están prohibidas por la legislación internacional. Entre los inmigrantes que iban en los autobuses había cerca de 40 menores de edad y varias mujeres, además de heridos, algunos de los cuales tuvieron que ser atendidos en el Hospital Hassani de Nador.
