El partido fue muy equilibrado, con un decano plantando batalla en una cancha siempre difícil. Cabe destacar que el encuentro se adelantó a ayer jueves, debido a que hoy actúa El Barrio en el ‘Anaitasuna’. Un triple del local Servera, con 61-61, dejó a los de Alcoba sin capacidad de reacción. El Melilla Baloncesto, dominador durante gran parte del encuentro, se marchó de Pamplona sin premio al trabajo realizado (72-67). Un triple de Miki Servera y un mate de Bordignon, cuando el partido estaba 61-61, dejó noqueados a los de Alejandro Alcoba, que no pudieron ya reaccionar ante uno de los candidatos al ascenso. Los melillenses acariciaron el triunfo.
El decano arrancó intenso en el Polideportivo Anaitasuna, con velocidad en la circulación y cargando bien el rebote ofensivo. Devin Wright y Adrián Laso sacaron partido a sus centímetros para capturar dos rechaces en ataque y firmar la primera ventaja melillense (3-6). Con el triunfo del año pasado en Pamplona todavía en la retina, los de Alcoba cerraron bien la ‘pintura’ a los navarros, que sólo podía amenazar desde el 6,75. Ahí encontraron su filón los locales. Pablo Almazán y Bonhome acertaron desde detrás del arco para evitar que los de la ciudad autónoma abrieran brecha (6-8).
Devin Wright hacía daño en la zona 2-3 urdida por Sergio Lamua, y un triple de Bravo establecía una máxima de cinco puntos (12-17). Planasa, uno de los candidatos al título, no se encontraba cómodo sobre la cancha, aunque en los últimos minutos apretaron las clavijas en defensa, forzaron errores de los visitantes y aprovecharon para lanzar rápidas transiciones que igualaron los guarismos (19-19), tras una canasta de Albert Moncasi. Así se llegaría al primer parón entre tiempos.
El segundo periodo empezó con el decano de nuevo capturando rebotes en ataque. Las segundas y hasta terceras opciones daban aire a los azulones, cada vez más asfixiados por la defensa de un Planasa que obligaba a malas selecciones y forzaba pérdidas. Sin embargo, en ataque los pamplonicas no estaban nada inspirados y ello llevó a Lamua a solicitar el primer tiempo muerto del partido (19-23), a falta de 6’39”. El minuto técnico no surtió el efecto deseado en los verdes, y primero Garrido y después Wright se encargaron de elevar la máxima a seis puntos (21-27). Alcoba pidió tiempo con 23-27 a falta de 4’02” para el descanso. El resultado fue un parcial de 8-0 para los locales, técnica a Carles Bravo incluida, y un nuevo parón de Alejandro Alcoba con 29-27. Las pizarras mandaron en este tramo final del primer tiempo. Lamua paró el partido (31-29) para trazar la última posesión antes del asueto. Restaban veinte segundos. Tiempo suficiente para que Servera perdiera el balón, lo recuperara Joan Tomás, y éste se plantara en la línea de 6,75 para poner el 31-32 en el tanteador con el que ambos equipos enfilaron el camino a vestuarios.
Intercambio de golpes en la reanudación. Tsiaras encontró en la puerta atrás a Bravo para poner el 31-34, pero Planasa reaccionó de la mano de Pablo Almazán y Servera (35-34). El segundo tiempo presagiaba la igualdad de su precedente. Poco acierto ofensivo, muchas interrupciones y alternativas constantes en el electrónico (38-39).
El juego carecía de ritmo y sólo la incertidumbre en el tanteador mantenía a los pocos espectadores que acudieron al ‘Anaitasuna’ atentos a la cancha. El Melilla Baloncesto, no obstante, seguía cargando bien el rebote en ambos lados de la cancha, y ello le valió para entrar en la fase decisiva del partido con ventaja (44-48). Tsiaras ya no volvería a salir a cancha tras cometer su quinta falta personal.
Sonaba el Thunderstruck de AC/DC en la cancha navarra, tratando de envalentonar al público y caldear un poco el gélido ambiente. Y el estruendo sonoro de los australianos animó a la parroquia y a los jugadores locales, que firmaron un 8-2, con una canasta fácil de Iván García que forzó el tiempo muerto de Alcoba (52-50). La reacción melillense no se hizo esperar, con dos triples consecutivos de Bravo y Eloy Almazán que minimizaban el logrado por Iván García (55-56).
Si el tercer cuarto había sido parsimonioso, este último se caracterizó por ser eléctrico. El juego ganó en viveza. Los de Alcoba obligaron a los locales a agotar hasta dos posesiones prácticamente consecutivas gracias a su buena defensa. Quique Garrido ponía el 59-59 antes de que el entrenador melillense pidiese tiempo muerto (61-59) y Lamua le contrarrestó solicitando otro (61-61).
Todo parecía indicar que se llegaría a un final igualado, pero un triple de Servera y un mate a dos manos acabaron de hundir a los visitantes (66-61). El partido se acabó esfumando desde la línea de personal, pese a los esfuerzos en vano de los melillenses de reconducir la situación. Al final, el Melilla Baloncesto se fue con la derrota y con la sensación de que había acariciado con la yema de los dedos una victoria en una cancha siempre complicada.
Sergio Lamua: “El Melilla complicó el partido, aunque supimos resolver”
El técnico zaragozano de Planasa Navarra reconocía “el espíritu de sacrificio que hemos tenido ante un rival que nos ha complicado mucho el partido”. Sergio Lamua elogió la valentía de Melilla Baloncesto en la tarde-noche de ayer. El míster de los pamplonicas, asimismo, reconoció que esta victoria les mantiene con “esperanzas de aspirar a lo más alto. Este equipo, con esta actitud, puede alcanzar cualquier cota”, en referencia a la buena clasificación de los suyos.
Alejandro Alcoba: “El trabajo que hicimos no tuvo el premio deseado”
El rostro de Alejandro Alcoba reflejaba la desilusión de haber desperdiciado una gran ocasión de alzarse con la victoria en el ‘Anaitasuna’ de Pamplona. El míster de los melillenses admitió la “intensidad y la concentración” de sus jugadores durante gran parte del partido, aunque comentó que en los minutos finales les faltó “la serenidad necesaria ante un adversario que si le das ventaja te acaba venciendo. Nuestro trabajo no tuvo premio”.
