La muerte en los últimos meses de tres policías nacionales en acto de servicio ha reabierto el debate sobre la seguridad de estos funcionarios y la necesidad de dotarlos de una mayor protección. El Sindicato Unificado de Policía (SUP) inició hace tiempo una campaña para reclamar al Ministerio del Interior que dote de un chaleco antibalas y antipunzón a cada uno de los agentes del Cuerpo Nacional de Policía, algo que se está haciendo poco a poco. Sin embargo, las cifras evidencian que aún queda mucho camino por recorrer para alcanzar ese objetivo: Del más de medio millar de efectivos que componen la plantilla de la Jefatura Superior de Policía, desde 2013 solo se han distribuido 109 chalecos, lo que supone una quinta parte del total. Estas cifras han sido facilitadas recientemente por el Gobierno en una respuesta parlamentaria en el Congreso de los Diputados, en la que informaba de que la Dirección General de la Policía ha adquirido desde 2013 un total de 21.126 chalecos antibala y antipunzón “que incluyen al 100% de los funcionarios operativos que realizan su servicio cotidiano en situaciones en las que se estima una elevada posibilidad de existencia de agresiones imprevisibles según la labor que estos servicios desempeñan diariamente”.
No obstante, la petición del SUP se hace extensiva a todos los agentes de la plantilla y no solo a aquellas unidades operativas que tienen un mayor riesgo. En declaraciones a MELILLA HOY, el secretario general del SUP en Melilla, Jesús Ruiz Barranco, explicó que en la actualidad, la unidad operativa de Seguridad Ciudadana está muy cerca, si no lo ha hecho ya, de cubrir a todos sus efectivos con la distribución de los chalecos.
Para todo el mundo
Así, el reparto empezó en Melilla hace un año por los agentes que prestan servicio en los coches de radio patrulla y después a la Unidad de Prevención y Reacción (UPR). “Los repartos se están haciendo, pero la Administración lo está haciendo de forma proporcional y nosotros queremos que los chalecos sean para todo el mundo, no solo para Seguridad Ciudadana”, explicó Ruiz Barranco aludiendo a otras unidades como Policía Judicial y la Brigada de Extranjería.
De ahí la petición de este sindicato de “un policía, un chaleco” que impulsó hace un año, antes incluso de que se produjera la muerte de un policía en Málaga acuchillado al identificar a un individuo y la de otra agente en Vigo en el atraco a un banco por disparos. En Melilla, la Jefatura Superior detectó un déficit de seguridad tras los graves disturbios en la Cañada, en los que hubo disparos contra los agentes que atravesaron incluso los escudos, recordó Ruiz Barranco.
Según los datos facilitados por el Gobierno, la compra de chalecos ha sido mayor este año. Así, en 2013 se compró un lote de 15 chalecos antibala y antipunzón, a los que siguieron otros 29 distribuidos en tres lotes el año pasado. Para 2015, Interior también ha repartido los chalecos en tres lotes: uno de 7 y otros dos de 29. En total, 65 unidades para este año, más de la mitad de todos los que Interior ha destinado en Melilla desde 2013.
En total son 109 chalecos, insuficientes para los 530 policías que están disponibles en la Jefatura, según los últimos datos que ha proporcionado el Gobierno, que datan de octubre de 2014. A nivel nacional, los chalecos cubren apenas a una cuarta parte de la plantilla, ya que se han repartido desde 2013 un total de 21.126 chalecos, cuando en España trabajan alrededor de 80.000 policías nacionales.
“El trabajo policial es inseguro”
El SUP reconoce que distribuir los chalecos a toda la plantilla requiere una inversión mayor por parte del Ministerio del Interior, y supondría, además, problemas de logística. Sin embargo, insiste en que es necesario ese esfuerzo, ya que “el trabajo policial es inseguro porque la delincuencia es cada vez más violenta” y hay que velar “por la seguridad de los policías”, a los que una bala y una cuchillada “también los mata”.
“La seguridad del policía es fundamental porque si nosotros estamos seguros, vamos a dar seguridad a la gente, que es lo que se pretende”, agregó el secretario general del SUP en Melilla al recordar cómo este asunto ha generado preocupación entre los agentes. De hecho, los hay que se han comprado el chaleco por sus propios medios, a pesar de que cuestan más de 500 euros. “Se lo estaban comprando ellos mismos porque la Administración no se lo daba. Eso no puede ser”, subrayó Ruiz Barranco, convencido de que cuando se habla de seguridad no se puede mirar la economía.
