El Melilla Baloncesto sumó ayer una nueva victoria, la segunda consecutiva, tras derrotar a un combativo rival por el resultado de 76-73. De esta forma, los de Alejandro Alcoba se afianzan en la novena plaza, con doce triunfos, y se acercan a Palencia y Palma Air Europa, que han logrado uno más.
El Melilla Baloncesto sumó ayer una nueva victoria, la segunda consecutiva, tras derrotar a un combativo Actel Força Lleida por el resultado de 76-73. De esta forma, los melillenses se afianzan en la novena plaza, con doce triunfos, y se acercan a Palencia y Palma Air Europa, que han logrado uno más.
Los primeros minutos fueron de tanteo y de intercambio de canastas, teniendo el visitante Fran Guerra el honor de inaugurar el electrónico. La reacción de los locales fue inmediata con un 5-0 de parcial merced a los puntos de Edu Gatell y Adrián Laso (3), aunque los catalanes volverían a situarse por delante en el luminoso con un 0-4 (5-6). Quique Garrido acertaba desde la línea de tres para poner a los suyos dos arriba (8-6).
A partir de ahí, los de Joaquín Prado firmaron un parcial de 0-8, con lo que se pasó del favorable 8-6 al inquietante 8-16, a 5’11”, con el omnipresente Fran Guerra liderando a la escuadra naranja.
Devin Wright cortó la mala racha, aunque el Força Lleida encadenó otros cinco puntos seguidos para disparase en el electrónico. En concreto, y tras un tiro libre convertido por Marc Rubin, los ilerdenses se marchaban con once puntos de ventaja (10-21). El griego Tsiaras sería el encargado de cerrar un mal periodo de los de Alejandro Alcoba, que se iban al término de este acto nueve puntos abajo (12-21).
El arranque del segundo acto tampoco resultó demasiado favorable para los locales, ya que Kaufmanis, con un triple, ponía más tierra de por medio en el electrónico. Afortunadamente, el decano contestó con un 7-0, con Joan Tomàs iniciando la reacción con una canasta desde la línea de 6’75 (19-24). El marcador se estrecharía más instantes después con dos puntos de Adrián Laso (24-26), a 5’45”, obligando al técnico catalán a solicitar un tiempo muerto, lo que parece que le dio sus frutos, dado que volvieron a contar con seis puntos de renta (24-30).
El partido cada vez se igualaba más, consiguiendo finalmente el Melilla Baloncesto empatar el choque con un triple de Quique Garrido (34-34). Los de Alejandro Alcoba lograron incluso irse al tiempo de descanso por delante en el luminoso (39-35), siendo Tsiaras el que de nuevo anotase los últimos puntos. Carles Bravo y Adrián Laso fueron los más destacados en el bando melillense, el escolta haciendo mucho daño desde el exterior con dos triples incluidos, mientras que el pívot mostrando su poderío en la ‘pintura’.
En el tercer acto, el Melilla Baloncesto se mostró muy superior a su rival, con Devin Wright imponiéndose bajo los tableros. No en vano, el lucense anotó los primeros seis puntos de su equipo, lo que propició que los melillenses dispusieran de ocho puntos de ventaja (45-37), aumentando la renta con el transcurrir de los minutos. Así, llegaron a gozar de nada menos que doce puntos en varias fases de este periodo, 55-43 y 60-48.
De todos modos, la máxima la establecería Pelayo Larraona con un tiro libre, a cinco segundos. Poco antes había anotado también el base melillense un lanzamiento triple. Cabe destacar un hecho que prácticamente decantó la balanza hacia el lado de los de Alcoba, toda vez que Fran Guerra, el mejor jugador ayer del Força Lleida, fue descalificado a 4’33”, tras señalizarle los colegiados dos faltas antideportivas, con lo que las opciones de victoria de los ilerdenses disminuyeron considerablemente.
En el último y definitivo cuarto, los de Alejandro Alcoba tuvieron que ponerse el ‘mono de trabajo’ ante un oponente que nunca bajó los brazos, apretando en defensa y no dando demasiado respiro a los locales. Pese a ello, el Melilla Baloncesto consiguió mantener una renta que osciló entre los cinco y los diez puntos. Greg Kahlig y el veterano Alzamora tomaron la responsabilidad en ataque, mientras que en los melillenses era un excepcional Devin Wright el que ‘tiraba del carro’ hasta que, a falta de un minuto, cometió su quinta falta personal. Esta circunstancia la aprovechó Michael Fakuade para anotar sus únicos cuatro puntos en el choque. La segunda canasta del ala-pívot nigeriano le sirvió a los de Prado para colocarse a cuatro (74-70), con treinta segundos por jugarse.
Carles Bravo certificó el triunfo de los locales con dos tiros libres convertidos, por lo que el triple de Greg Kahlig justo sobre la bocina sólo valió para mejorar sus estadísticas personales y para que el Lleida maquillara el resultado final (76-73).
