La asociación Guelaya-Ecologistas en Acción se sumó ayer a la Hora del Planeta con diversas actividades. Tras caminar desde el Parque Forestal hasta la Plaza de las Culturas, los socios de la entidad encendieron velas, contaron cuentos y pintaron las caras a los más pequeños. La Hora del Planeta es un evento mundial, que dio comienzo en 2007, al que este año se han sumado más de 260 ciudades de todo el mundo. El objetivo es, durante una hora a oscuras, dejar claro el apoyo de las personas en la lucha contra el cambio climático. Entre las 20.30 y las 21.30 horas, las luces de los monumentos más representativos de muchas regiones del mundo, de empresas y edificios se apagaron para celebrar la Hora del Planeta. En Melilla, la asociación Guelaya-Ecologistas en Acción volvió a sumarse a este evento mundial promovido por WWF y al que se adhirieron más de 12.000 personas, más de 260 ciudades, más de 130 empresas y más de 250 entidades.
La entidad ecologista melillense comenzó la jornada visitando su vivero. En esta ocasión, y en torno a las doce del mediodía, los participantes de Guelaya en la Hora del Planeta quedaron en esta instalación para pintar las camisetas que portarían por la tarde, durante la hora a oscuras para luchar contra el cambio climático.
Por la tarde, en torno a las 19.00 horas, los socios de la entidad que preside Manuel Tapia se dieron cita en el lago del Parque Forestal Juan Carlos I para, desde allí, iniciar una caminata hasta la Plaza de las Culturas, que se convirtió en el epicentro donde se realizaron las distintas actividades que Guelaya-Ecologistas en Acción tenía programadas para conmemorar la Hora del Planeta.
En la céntrica plaza, los socios de Guelaya encendieron velas, pintaron las caras a los más pequeños, contaron cuentos e hicieron sonar los tambores en una de sus batukadas. Sin duda, una forma más que sonora para dejar patente las ganas de luchar contra el cambio climático.
Desde 2007
La Hora del Planeta es la mayor campaña global de movilizacicón y lucha contra el cambio climático. Organizada por WWF, esta iniciativa nació en Sidney en 2007 y, desde entonces, ha logrado la participación de más de 7.000 ciudades y pueblos de 160 países, miles de empresas, centros educativos y entidades que suman su voz para demostrar que un futuro basado en las energías limpias es posible.
Este año es especialmente importante en la lucha contra el cambio climático: el próximo mes de diciembre, en París, los gobiernos de todo el mundo tienen el reto de aprobar un acuerdo a favor del clima.
