Estos premios llegan en un momento extremadamente complicado tras la imputación de varios guardias civiles y sus mandos por cumplir con su obligación en la frontera, lo que refuerza aún más si cabe su valor, ya que simbolizan el respaldo de todo un Pueblo a los cuerpos de seguridad ante esta surrealista situación provocada por las denuncias de determinadas ONGs, alguna de ellas con intereses poco claros, o más bien bastante oscuros El trabajo que realizan la Policía y la Guardia Civil en la frontera suele ser muy ingrato, por el esfuerzo que supone estar pendientes de estas infraestructuras de manera permanente, las 24 horas del día, 365 días del año y cualesquiera que sean las condiciones meteorológicas. Y no sólo eso, sino también la complejidad que tiene esta labor que desarrollan nuestros policías y guardias civiles en una frontera en la que tienen sus ojos puestos organizaciones criminales dedicadas al tráfico de inmigrantes, el narcotráfico y el terrorismo internacional. Es mucha la responsabilidad que afrontan los agentes destinados en la valla y los pasos fronterizos, y pese a todo, su trabajo habitualmente suele estar muy poco valorado, a juzgar por las quejas de unos y otros cuando no hay agilidad, las denuncias de las ONGs y las investigaciones que sobre estas actuaciones están realizando desde instancias judiciales.
Todo ello, sumado al cada vez mayor volumen de tránsito que soportan nuestros pasos fronterizos, cuantificado en casi 43.000 personas y 17.000 vehículos, provoca una enorme presión en los cerca de 400 efectivos fronterizos que suman entre la Compañía de Seguridad Ciudadana de la Comandancia de la Guardia Civil y la Unidad de Fronteras de la Jefatura Superior de Policía. Estas dos unidades de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado acaban de recibir un merecido reconocimiento de la Asamblea de Melilla, la ciudad a la que ambas protegen con ese enorme trabajo que realizan en sus fronteras. Todos los grupos políticos, por unanimidad, han aprobado que se les conceda a las dos unidades su respectiva Placa al Mérito Social. Ambos galardones que les serán entregados próximamente junto a las que también han sido concedidas al Banco de Alimentos, al presidente del Club La Amistad, Gregorio Castillo, y al guardia Civil Abdeselam Mimón, toda una institución en el paso de Barrio Chino, donde cada día va mucho más allá de su obligación para ayudar a cientos de personas humildes que viven de pasar mercancías desde Melilla a Marruecos.
Las Placas al Mérito Social son siempre muy merecidas, como su propio nombre indica. Pero las cinco de este año aún más si cabe porque todos en Melilla somos conscientes de la importancia del trabajo que desempeñan la Policía Nacional y la Guardia Civil en la frontera para preservar la seguridad de Melilla, y como consecuencia la del resto de España y Europa. Estos premios, además, llegan en un momento extremadamente complicado tras la imputación de varios guardias civiles y sus mandos por cumplir con su obligación en la frontera, lo que refuerza aún más si cabe su valor, ya que simbolizan el respaldo de todo un Pueblo a los cuerpos de seguridad ante esta surrealista situación provocada por las denuncias de determinadas ONGs, alguna de ellas con intereses poco claros, o más bien bastante oscuros.
