Pero lejos de cifras y porcentajes, que pueden llegar a ser mareantes, que duda cabe que cada persona que quiere trabajar y no encuentra empleo en Melilla, es por sí solo un drama personal al que las autoridades competentes deben dar una solución para lograr la mayor inserción posible en el mercado laboral Cada vez que salen nuevos datos del paro en nuestro país, se da una extraña circunstancia en muchos meses del año: cuando el paro baja en el conjunto de la media nacional baja, en Melilla sube y viceversa. Una muestra más de que el mercado laboral de nuestra ciudad es quizá muy distinto al que se da en la totalidad del Estado.
Esto mismo ocurrió ayer cuanto se conocieron las cifras de desempleo del mes de marzo, porque mientras el número de parados registrados en las oficinas de los servicios públicos de empleo (antiguo Inem) se situó al finalizar marzo en 4.451.939 personas, tras bajar en 60.214 desempleados respecto al mes anterior, su mayor descenso en un mes de marzo desde 2002; en Melilla aumentó en 201 parados más, situando el número de demandantes de trabajo en nuestra ciudad en 12.327.
La directora provincial del SEPE, Esther Azancot, achacó el aumento del paro a que "el 70,83 % del aumento de los demandantes sin empleo anterior sean jóvenes menores de 25 años", lo cual "está producido" probablemente por el incentivo en la contratación juvenil en el plan de inserción laboral. También podría deberse a que en el periodo de vacaciones de Semana Santa, a diferencia de lo que ocurre en muchos puntos del país, el número de contratados no se incrementa por una afluencia masiva de turistas, que es uno de los factores principales del aumento de trabajo en este tipo de periodo vacacional.
Sin embargo, aún habiéndose producido un aumento del paro en el mes de marzo, el lado positivo de los datos difundidos ayer por Esther Azancot es que si computamos un año completo, de marzo de 2014 a marzo de 2015, el desempleo bajó en nuestra ciudad en 544 desempleados menos, lo que supone un descenso del 4,23%.
Pero lejos de cifras y porcentajes, que pueden llegar a ser mareantes, que duda cabe que cada persona que quiere trabajar y no encuentra empleo, es por sí solo un drama personal al que las autoridades competentes deben dar una solución para lograr la mayor inserción posible. Se trata de una de las mayores lacras sociales que vivimos, un paro estructural, uno de los más altos no sólo de España sino del conjunto de la Unión Europea, al que se debe hacer frente de manera decidida, tanto por los estamentos locales como nacionales y europeos.
Un paro que afecta tanto a hombres como mujeres. Así, según las cifras facilitadas ayer, del total de desempleados, 6.920 son mujeres (56,14%), y 5.407 hombres (43,77%) lo cual indica un descenso respecto al mes anterior de 0.09 por ciento en cuanto al paro femenino. También otro sector fuertemente golpeado por esta situación es el juvenil, si tenemos en cuenta que el número de jóvenes mayores de 25 años ha aumentado respecto al mes de febrero en un 0,13 por ciento, quedándose en 2.149 desempleados.
Hay que revertir esta situación y lograr dar un vuelco a estos números y eso pasa no solo por la administración pública, que es muy importante y clave, sino también entre la iniciativa privada, apoyando a las empresas, grandes y pequeñas, para que encuentren los resortes que les permita crear trabajo y, en definitiva, riqueza en nuestra sociedad melillense.
