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FÚTBOL-2ª DIVISIÓN B

Campanada

melillahoy.cibeles.net fotos 1175 UCAM 6

Dos penas máximas dieron la victoria al Melilla (2-1) en un choque marcado por las decisiones arbitrales. Tres puntos para los norteafricanos en la tercera derrota consecutiva de los murcianos en su terreno de juego, mientras que los de Fernando Curras conquistaron una valiosa victoria tras completar un partido muy serio. Pero es que el Melilla quiso tener un papel protagonista en el partido. No vino a esconderse, trató de hacerse con su espacio en el césped, crecer tocando el balón y morder mucho en la salida de la pelota de los locales, con tres jugadores en el centro del campo para no perder su sitio, aunque el balón rodó con poco criterio. Faltó la presencia de pausa, de talento en el control, de sustancia que alimentara algo más en un banquete con poco peso ofensivo, con muchas cargas en las alforjas, con tanta tensión, en definitiva, como miedo a no rascar algún punto.

Falta de precisión
Por eso, pese a las embestidas iniciales de los rojinegros, el equipo cayó pronto en el tedio, un lugar donde encontraron acomodo los dos equipos ante la guerra de trincheras en un centro del campo plagado de bombas, de falta de acierto. Era tal la carencia de precisión que el primer disparo a puerta por parte de ambos no sucedió hasta el minuto treinta y dos, cuando Sufian remató ante Escalona.
Entonces el duelo despertó a las revoluciones que quiso imponer el UCAM Murcia, con más consistencia en el centro del campo a medida que el reloj marcaba los minutos. Hasta ese momento, el partido se había señalado poco en el mapa; mucha brega, presión muy encima del rival y pocas combinaciones.
Habían firmado ambos la tregua demasiado pronto, a la expectativa de sostenerse en ataque en cualquier error del rival, la única metodología válida entre dos bloques con mejores prestaciones defensivas que en ataque y compartiendo ambos la poca profundidad en el juego.
Y fue entonces cuando el UCAM, soliviantado con la mayor intensidad de los melillenses, hizo acto de presencia, firmando en sus actas varias llegadas con peligro a la meta de un Álvaro que había vivido en la placidez. Primero fue Robles, de cabeza, en el 37′, en el primer remate de los universitarios, anticipando el remate elevado de César Remón en una excelente jugada por la derecha.
Tenía mucha más presencia entonces el cuadro de Eloy Jiménez, que tuvo sus mejores minutos instantes antes de la llegada al descanso, ante un remanso de tranquilidad para el cuadro de Currás, que había firmado capitulaciones ante el mayor poder de un equipo murciano al que le llegó el tiempo de asueto cuando menos esperaba.

Cambio de guión
En la reanudación, el partido sufrió una gran metamorfosis. Ambos salieron con otra actitud, con otras expectativas que le hicieron ganar tensión y fútbol. A ello ayudó el gol temprano de David Sánchez, de penalti, tras una falta, siendo el último defensor Fran Pérez sobre Manolo. Además, jugada de repoker para los de Currás que, con ventaja, jugaban contra uno menos por la expulsión de Fran Pérez.
Entonces despertó el UCAM para recordar al que fue en la primera vuelta del campeonato. La reorganización del equipo local dejó con uno menos su segunda línea ofensiva, pero la mayor intensidad en la presión trajo como consecuencia que comenzaran a llegar con mucho más peligro sobre Álvaro que, tras el empate, asistió a un monólogo en el que los suyos apenas tenían papel que protagonizar. Así, sólo un remate ajustado de Chota, dando la réplica a una excelente ocasión local de Javi Gómez, fue el bagaje de los del Melilla.
Y se gustaba tanto el equipo universitario que las oportunidades, casi siempre con disparos desde fuera, comenzaron a surgir como en un carrusel. El empuje de los de Eloy Jiménez sostenía un choque con muchos nervios. Además, la expulsión de Mahanan en las filas visitantes, en el minuto 83, igualó más las cosas y con ambos conjuntos con diez jugadores sobre el terreno de juego.
Se saboreaba el fútbol local ante un Melilla que se estiró con un disparo ajustado de Nacho Aznar en los últimos minutos como única jugada de peligro ante el control de los murcianos.
El sufrimiento fue atenuado con el remate al partido de David Sánchez. Una contra con mano del local Robles finiquitó el choque a favor del Melilla. Cuando más sufrían, el premio al esfuerzo, justo en el último suspiro. El árbitro señaló un nuevo penalti a favor del Melilla que materializó nuevamente el organizador de los melillenses, poniendo el 1-2 definitivo en el marcador.

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