Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

Calumniar no sale gratis

melillahoy.cibeles.net fotos 1179 lisbeth

Actuaciones como las que se están llevando a cabo en los juzgados con el caso de Lisbeth Salander son tan importantes para hacer ver que injuriar y calumniar no sale gratis, aunque sea detrás de un pseudónimo. Sólo de esta manera se puede impedir lo que estaba ocurriendo en Melilla hasta hace pocos meses, y es que algunos conviertan las redes sociales en un púlpito desde el que atacar y desprestigiar a otros sin límites La detención ayer de otras dos personas por su presunta relación con el perfil falso de Lisbeth Salander en las redes sociales demuestra que la impunidad en las redes sociales no existe, al contrario de lo que pensaban algunos. Entre ellos los que estaban detrás de esta plataforma que se ha amparado en un pseudónimo -o varios- para cometer, presuntamente, delitos como la revelación de secretos, injurias, calumnias y atentados contra el honor de las personas. Quienes ayer fueron detenidos por esta investigación, a la que se ha dado el nombre de Montecristo, están acusados además de pertenencia a organización criminal. Se trata, por lo tanto, de delitos muy graves que algunos, presuntamente, cometieron bajo el pretexto de ejercer la libertad de expresión. A ello aludieron los defensores de este denigrante perfil cuando a los que estaban detrás de él se les vino abajo el chiringuito en diciembre del año pasado tras una actuación de la Guardia Civil tutelada por el Juzgado de Instrucción nº 2 de Melilla.

Pero parapetarse en la libertad de expresión que tenemos todos para cometer presuntos delitos es, además de imposible -lo estamos viendo en el caso Salander sin ir más lejos-, un error de bulto, ya que la libertad de expresión acaba donde empiezan los derechos de los demás. Una cita que suele circular por Internet lo explica muy claramente: "No existe el derecho a insultar ni tampoco a amenazar, nadie tiene derecho a difundir odio. La libertad de expresión no ampara los crímenes como la difamación, difundir noticias a sabiendas ni revelar datos de carácter personal. Ningún derecho concede derecho para violar el resto de derechos".

La libertad de expresión no es infinita, sino que tiene unos límites en las leyes, los derechos y el respeto. Ésta es una de las máximas de todo periodista, y algunos que juegan -o jugaban- a serlo en las redes sociales lo que hacen es saltársela, a menudo ocultos tras una careta o un pseudónimo. Por eso actuaciones como las que se están llevando a cabo en los juzgados con el caso de Lisbeth Salander son tan importantes para hacer ver que injuriar y calumniar no sale gratis, aunque sea detrás de un pseudónimo.

Esta Operación Montecristo no es una censura como algunos han intentado transmitir, sino que es muy necesaria para que los usuarios de Internet entiendan que deben hacer un uso responsable de herramientas tan potentes como las redes sociales, que son al fin y al cabo un medio de comunicación. Sólo de esta manera se puede impedir lo que estaba ocurriendo en Melilla hasta hace pocos meses, y es que algunos conviertan las redes sociales en un púlpito desde el que atacar y desprestigiar a otros sin límites, poniendo en riesgo la convivencia social de toda una ciudad, porque creen, erróneamente, que la libertad de expresión les ampara.

Loading

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€