La Asamblea de Melilla reconoció ayer con la entrega de las Placas al Mérito Social la generosidad, la entrega a los demás y el complejo control que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado realizan en nuestras fronteras con Marruecos. Un acto solemne en un abarrotado Salón Dorado del Palacio de la Asamblea sirvió para rendir un homenaje unánime a la labor que realizan en beneficio del interés general de los melillenses el Banco de Alimentos, el presidente del Club de Jubilados y Pensionistas 'La Amistad', Gregorio Castillo; la Unidad de Fronteras de la Jefatura Superior de Policía de Melilla, la Compañía de Seguridad Ciudadana de la Comandancia de la Guardia Civil, y el agente de este cuerpo Abdeselam Mimón Mohamed, muy conocido por su trabajo con los porteadores en el paso fronterizo de Barrio Chino. Todos los premiados, a los que une “un fuerte sentimiento de servicio a los demás por encima de obligaciones marcadas”, tuvieron su protagonismo ayer durante la concesión de las Placas al Mérito Social. Sin embargo, el acto tuvo una especial carga simbólica por la muestra de apoyo, alabanza y gratitud que supuso por parte de la institución de todos los melillenses hacia el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil. Sobre todo en un momento de enorme presión migratoria y cuestionamiento continuo a la labor que realizan sus agentes en la frontera, hasta el punto de llevar a algunos de ellos a los juzgados.
El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, expresó públicamente que la labor que realizan ambos cuerpos de seguridad es digna de “encomio” y debería serlo por parte de todas las instituciones del Estado. “Y digo todas”, remarcó Imbroda sin ser más explícito, aunque dando a entender que se estaba refiriendo a su rechazo ante las críticas, acusaciones e imputaciones judiciales contra miembros de la Guardia Civil por su actuación en la frontera para frenar los intentos de entrada de inmigrantes.
Imbroda defendió al instituto armado ante “determinados frente de incomprensión” por su trabajo, ya que éste se basa en la “defensa de España, la frontera, la libertad y Melilla”. “En ese orden tienen mi acompañamiento, mi gratitud y el reconocimiento que hacemos toda la Asamblea de Melilla”, subrayó el presidente para dejar claro que los melillenses “saben bien” del cometido “sinceramente admirable” que realizan los guardias civiles en nuestra frontera, atendiendo a un “tráfico de seres humanos hacia un trágico destino en muchos casos”.
De ahí que destacara de la Compañía de Seguridad Ciudadana de la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla su “versatilidad a la hora de acometer el servicio junto a la protección de la faceta humanitaria”. Sus casi 300 agentes, reforzados por otras unidades a las que también se encomienda la vigilancia fronteriza, se dedican a “ejercer su responsabilidad sin dejar de comprender el drama humano, el estado de necesidad imperiosa de inmigrantes en un número abrumador que son lanzados a la desesperada, especialmente contra la valla perimetral, siendo víctimas de mafias sin escrúpulos que utilizan miserablemente su necesidad”.
Unidad Fronteras de la Policía
Pero Imbroda recordó que en la frontera de Melilla también trabaja la Policía Nacional, concretamente su unidad de Fronteras, dependiente de la Brigada de Extranjería de la Jefatura Superior, de la que forman parte 120 agentes que atienden todos los pasos terrestres, el puerto y el aeropuerto para el control documental, el mantenimiento del orden y las tramitaciones de protección internacional.
Los policías fronterizos desempeñan todas estas labores, destacó Imbroda, “conjugando seguridad con el trato correcto y humanitario” a pesar de que las fronteras melillenses arrojan “cifras de vértigo si se tiene en cuenta la dimensión de nuestro territorio”. No en vano, por los pasos terrestres transitan cada día más de 40.000 personas y 16.000 vehículos entre ambos países, que se unen a las miles que salen al cabo del año en barco y en avión, alcanzando los 350.000 en 2014.
“Los agentes demuestran una labor, una solvencia profesional y un temple dignos de encomio”, subrayó Imbroda, consciente de que “muchas veces trabajan en situaciones penosas y delicadas, combatiendo provocaciones”. Sin embargo, “hemos tenido la gran suerte en Melilla de poder contar con profesionales que nunca han provocado el más mínimo roce que se podía haber producido” ante “avalanchas, provocaciones e insultos”. Por ello, quiso agradecerles ese “temple y profesionalidad” porque “han evitado que Melilla y España tengan algún problema más”.
Abdeselam Mimón
De la premiada Compañía Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil forma parte uno de los que ayer recibieron la Placa al Mérito Social de manera independiente, el agente Abdeselam Mimón, muy conocido en el paso de Barrio Chino para poner orden entre el caótico paso de mercancías que desarrollan los porteadores. El presidente Imbroda destacó ayer que este guardia civil lleva a cabo “una labor educacional y social relevante” hacia estas personas, intentando facilitar sobre todo su trabajo a los mayores y discapacitados, “aplicando todo el sentido humanitario que le es posible y es requerido en innumerables ocasiones”.
Hasta tal punto, que Imbroda recordó que cuando ha sido necesario ha puesto de su bolsillo dinero para el pago de taxis de vuelta a Nador para aquellos que no consiguieron pasar ningún bulto a Marruecos “para poder subsistir”, y también ha comprado monopatines “para poder aliviar de las cargas de mercancías, singularmente a mujeres, que muy difícilmente pueden arrastrar por sí mismas volúmenes de gran calibre” a sus espaldas.
Banco de Alimentos y Gregorio Castillo
Además de ensalzar las “buenas manos” de policías y guardias civiles en las que está la frontera y la valla, “dos elementos importantísimos para el desarrollo social, político y económico de Melilla”, Imbroda también aludió a otros dos premiados por su generosidad y entrega a los demás: el Banco de Alimentos y Gregorio Castillo, presidente del Club La Amistad.
Sobre el Banco de Alimentos, Imbroda recordó que en estos momentos atiende a unas 8.000 personas con escasos recursos. “Están dando esperanzas en la humanidad a aquellos que desgraciadamente están en los últimos escalones de la precariedad social y que necesitan también creer en esta humanidad”, dijo el presidente melillense. Además, destacó cómo desde el inicio de su andadura en 2006 ha luchado por “aunar la solidaridad y difundir los valores humanos y culturales necesarios y de esa manera mitigar situaciones de pobreza y marginación”.
Del premio a Gregorio Castillo, dijo que se debe sobre todo a su “cariño y dedicación” hacia las personas mayores, que son “la experiencia y constituyen un pilar imprescindible en la sociedad melillense”. Gracias a su labor, Castillo ha conseguido que en sus 25 años como presidente del Club de Jubilados y Pensionistas 'La Amistad', esta entidad roce los mil socios y tenga una actividad cultural y de ocio “palpable en el día a día de la ciudad”. Ello, además de una mejora de la calidad de vida de los mayores gracias a la implicación de otras instituciones.
"Los hoy reconocidos tejen día a día con su trabajo y actitud como personas de bien. Gracias a todos hacen una Melilla mejor que expone y exporta un ejemplo a seguir", concluyó.
