El conjunto de la ciudad autónoma consiguió ayer un nuevo triunfo, acumulando ya seis jornadas sumando -tres victorias y tres empates-, lo que ha aupado al cuadro de Fernando Currás a la zona delantera de la clasificación. Parece que la Unión Deportiva Melilla ha llegado a la fase decisiva del curso en su mejor momento de juego y resultados. El conjunto de la ciudad autónoma consiguió ayer un nuevo triunfo, acumulando ya seis jornadas sumando -tres victorias y tres empates-, lo que ha aupado al cuadro de Fernando Currás a la zona delantera de la clasificación. Los azulinos se impusieron en su visita a Arroyo de la Luz, gracias a un soberbio tanto de falta conseguido por David Sánchez, el máximo goleador del equipo. Tocó sufrir en tierras extremeñas en el segundo tiempo, pero a este Melilla no se le caen los anillos y se enfundó el mono de trabajo para amarrar un triunfo de muchos quilates.
Ya desde el arranque se vio que el equipo entrenado por Fernando Currás salía a por todas al césped artificial del Municipal de Arroyo de la Luz. De entrada, llaman la atención en los unionistas dos hombres. Por físico, Chota y David Sánchez fueron los primeros jugadores en ser objeto de comentarios entre la afición arroyana, luego lo fueron también por puro fútbol. El rubio hizo el gol, además, fue el tercer central de los visitantes durante buena parte del partido, tácticamente perfecto. El delantero, Chota, fue un incordio, a sus 40 años dio un nuevo clínic de cómo ha de desempeñarse un futbolista en el barro. Lo dio todo.
El primer tiempo fue de lo más igualado. Ambos equipos intercambiaron golpes suaves hasta que David Sánchez quiso olfatear la escuadra de la portería de Facu. Antes del gol, Chota había dispuesto de una gran ocasión para los visitantes al golpear desde la izquierda buscando el segundo palo. Su disparo salió lamiendo el poste.
En el 31’ llegó el gol. David Sánchez, que ya llevaba minutos dando muestra de su suficiencia en el terreno de juego, agarró la pelota para botar un libre indirecto, la tocó con la puntita para que Sufian se la inmovilizara. Acto seguido, golpeó como dando un pase a la red, posando el balón en la escuadra. Sólo tomó carrerilla para la celebración.
A raíz de ahí su figura se agigantó, el ex, entre otros del F.C. Barcelona, fue el timón de su equipo. Ejerció de tercer central y de segundo mediapunta, su zurda sostuvo a su equipo a base de temporizar y, cuando era necesario, de cometer faltas tácticas a veces imperceptibles para el árbitro. A punto de llegar al ecuador dispuso el Arroyo del empate. Fue Capó el que dentro del área no pudo resolver con acierto, su disparo lo sacaron entre Álvaro y la defensa. En la jugada siguiente fue Casi el que pudo hacer el empate desde el suelo, peleando por un balón dividido dentro del área pequeña.
Si la primera parte fue igualada, la segunda fue, sobre todo al final, un monólogo arroyano.
Pato dio entrada al descanso a Rojas por Alcalá -los de Arroyo no sufrieron muchos apuros atrás- y Rojas dio un nuevo empuje a la vanguardia, bajando balones, prolongándolos bien con la testa e incluso tuvo el gol en alguna jugada dentro del área.
Lo intentó el Arroyo por todos los medios posibles. La tuvieron desde fuera Minaya y Armero, en los córner Casi y Gallardo, incluso dentro del área por mediación de Rojas o Bayón. Al equipo de Pato, a menudo, le cuesta crear ocasiones, ayer no fue ese día, pero de nuevo faltó gol. El conjunto cacereño es fiable a nivel defensivo, pero sigue faltando traspasar la línea que divide las victorias de las derrotas.
Se pidió mano en un barullo dentro del área, con el Melilla ya totalmente acostado atrás. Después, llegaría la mejor oportunidad de la segunda mitad para los del Arroyo, pero fue Casi el que se topó de nuevo con Álvaro dentro del área. El portero melillense fue el héroe del choque en los instantes finales. El ex del Arroyo estuvo inmenso todo el partido.
La escuadra cacereña tiene que reinventarse, debe ganar alguno de los dos partidos que afrontará lejos de casa si quiere asegurar la salvación, luego habría que rubricarla con una victoria local ante un Cádiz ya campeón. Los de Pato sólo han vencido una vez esta campaña lejos de Arroyo, fue en Cartagena, no hace mucho. De nuevo aprieta la soga.
La U.D. Melilla, en cambio, sigue soñando. Como decía Fernando Currás al acabar el partido “es complicado hablar de justicia en fútbol”. El Arroyo fue merecedor por momentos del empate, quizás hasta de la victoria, pero nadie gana en el Municipal arroyano por casualidad.
