El abanico de multas es tan amplio y tan importante, que puede llegar a ser impopular porque a nadie le gusta pagar cuantías desorbitadas. Pero también está la otra parte, la que sufre las actitudes incívicas de quienes no respetan a los demás y que exigían medidas para acabar con ellas El Reglamento para la Garantía de la Convivencia Ciudadana y la Protección del Espacio Urbano, aprobado ayer en Pleno de la Asamblea con los único votos a favor del PP, la abstención de CPM y PSOE, y el rechazo de PPL, no dejará a nadie indiferente.
En él se establecen las nuevas sanciones contra lo que se consideran "actitudes incívicas", desde arrojar residuos al suelo en la vía pública (colillas, cáscaras de pipas, basura, etc.) o hacer graffitis, pasando por la prostitución callejera.
Se establecen multas que pueden llegar hasta los 750 euros y que tiene previsto detallar en rueda de prensa el consejero de Seguridad Ciudadana, Francisco Javier Calderón, el impulsor de esta iniciativa que, según afirma en la sesión plenaria, no tiene un afán recaudatorio ya que, dicen, las mismas buscan que se cumplan las normas de convivencia "para garantizar los derechos usuales de los vecinos" y servir como "vehículo para un uso racional, solidario y coherente del espacio y bienes públicos".
Sin embargo, el abanico de multas es tan amplio y tan importante, que puede llegar a ser impopular porque a nadie le gusta pagar cuantías desorbitadas.
Pero también está la otra parte, la que sufre las actitudes incívicas de quienes no respetan a los demás y que exigían medidas para acabar con algunos comportamientos que se ven en las calles de nuestra ciudad.
A nivel político, tampoco ha estado exenta de polémica porque este reglamento se lleva arrastrando mucho tiempo. Así, el pasado mes de julio, después de que los grupos políticos representados en la Asamblea se sentaron en el seno de la Comisión de Presidencia y Seguridad Ciudadana para empezar a debatir el Reglamento para la Garantía de la Convivencia Ciudadana y la Protección del Espacio, finalmente quedó en una simple intención porque la oposición pidió al Gobierno que pospusiera este asunto hasta después del verano. Ha pasado casi un año prácticamente desde aquello y ayer, 27 de abril de 2015, se aprobara un texto del que aún falta por conocer la letra pequeña pero que castigará de manera ejemplar todas aquellas acciones que consideren actitudes incívicas.
