Escribo estas frases antes de saber el resultado de las elecciones en Melilla después de haber estado doce días en la Península apoyando las listas de Los Verdes en diversos municipios y autonomías. Y, para vergüenza nuestra, la imagen que ha proyectado Melilla en el resto del estado ha sido de bochorno, sonrojo e indignidad.
No es que la imagen de los políticos melillenses haya estado nunca por las nubes, pero el último espectáculo del voto por correo y las declaraciones de Imbroda y El Barkani han significado una afrenta y humillación que tardaremos mucho en borrar del imaginario español.
No sé si Vds. son conscientes que estas indecencias y escándalos perjudican gravemente la economía y el futuro de Melilla, porque qué inversor, emprendedor o empresario pensará en venir aquí si la imagen proyectada es que el Chicago de los años 20 era un lugar con más garantías democráticas, sociales y económicas que la Melilla de los votos comprados, de los políticos imputados y de la violencia política.
No sé cuál será el resultado electoral que a estas horas todos conoceremos, ni si será definitivo después de las impugnaciones que supongo se producirán, pero sea cuál sea ese resultado, los melillenses deberíamos reflexionar profundamente y comprometernos a acabar con estas prácticas mafiosas, con esta corrupción gansteril y con la imagen de Melilla.
Y esto sólo será posible si nos comprometemos a una acción decidida de actuación en defensa de la democracia, la libertad y el futuro de la ciudad. Los partidos democráticos y la sociedad civil han de dar un paso firme de confluencia para devolver el poder a la gente de verdad, dándonos la posibilidad de decidir nuestro futuro y de decidir todas y cada una de las cuestiones que nos afectan como colectividad: presupuestos participativos, Agenda Local 21, Proyectos diversos, fiscalización efectiva de las cuentas de la ciudad y participación democrática. La sociedad civil y los partidos democráticos han de poder apoyarse los unos con los otros para devolver el poder a l@s ciudadan@s. Nuestro futuro así nos lo exige y sobre todo el futuro de nuestr@s jóvenes. Cuatro años más de esta indecencia corrupta acabará con cualquier esperanza futura.
IZIZAWN N MRIC
