A expensas de lo que pueda ocurrir después del voto de los emigrantes, que no será mucho, y de que se clarifiquen las, como no podía ser menos, múltiples impugnaciones que se han hecho sobre temas aparentemente banales, como el color de los sobres de algunas papeletas, el resultado de las elecciones en nuestra ciudad se puede dar ya casi como definitivo, con los 12 escaños del PP, 7 de CPM, 3 del PSOE, 2 de Ciudadanos y 1 del PPL. El miércoles sabremos si ese resultado es oficialmente definitivo o no, pero de momento ya se pueden sacar algunas conclusiones.
La verdadera incógnita de estas elecciones, más allá de las partidistas declaraciones de los diferentes dirigentes políticos, era si el Partido Popular podría mantener, con escasa diferencia de votos, su mayoría absoluta o si no lo lograba. Todo parece indicar, salvo sorpresa de última hora o de los próximos días, que, con 12 diputados, se ha quedado, por poco más de 100 votos, sin mayoría absoluta. Es cierto que ha ganado las elecciones, como decía Juan José Imbroda en un apresurado resumen público pasada la una de la madrugada, pero no es menos cierto que tendrá que gobernar de otra manera, lo cual, si se maneja bien, puede ser bueno para Melilla. Ya se irá viendo.
CPM tiene un diputado más de los que tenía. No está mal, pero tampoco es lo que querían, ni a lo que aspiraban. Perdieron la gran oportunidad de convertirse en un verdadero partido local abierto, moderno, aconfesional, y sobre algunos de su líderes se ciernen negros nubarrones legales. Sería el momento de recapitular y probar nuevas fórmulas de ayudar a que Melilla sea mejor gobernada, pero ya veremos si las diferencias personales permiten recorrer ese camino.
El PSOE también ha logrado un diputado más, pero se ha quedado muy lejos del objetivo que habían declarado querer alcanzar. Gloria Rojas es una buena lideresa, pero si su partido no cambia, prescinde de los dinosauros que más o menos en la sombra mandan y no abandona viejos y caducos patrones de comportamiento, ni ella ni su partido podrán hacer gran cosa.
Ciudadanos, con dos diputados partiendo de la nada local pero con el tirón de su líder nacional, Albert Rivera, ha conseguido un buen resultado. La incógnita ahora es cómo lo van a manejar. Sobre ellos recae una gran responsabilidad.
El PPL tiene un diputado, que es uno más de lo que se merece. Es lamentable que Liarte se mantenga en la Asamblea de una ciudad como la nuestra, tan necesitada de talento y de altura de miras, aunque lo esperable es que el tal Liarte se quede sin salario, sin cobrar por asesorarse a sí mismo, y que se tenga que poner a trabajar para vivir. Y aún es más lamentable el condenado presidente del partido, Ignacio Velázquez, cuyas cínicas declaraciones tras su fracaso electoral son una muestra más de la lamentable degeneración de un político que en su segunda etapa ha hecho, por rencor personal, un daño inmenso a nuestra ciudad.
Se abre una nueva etapa en Melilla. Se iba a abrir de cualquier manera, pero ahora las cartas están boca arriba y lo que hay que esperar es que se jueguen bien. Para ello MELILLA HOY, una vez más y como venimos haciendo desde hace más de treinta años, se mantendrá al servicio de los melillenses y de su buen futuro. De nadie ni de nada más, digan lo que digan algunos, los de casi siempre.
FRASE:
“Se abre una nueva etapa en Melilla. Se iba a abrir de cualquier manera, pero ahora las cartas están boca arriba y lo que hay que esperar es que se jueguen bien”
