Independientemente de la desastrosa imagen de la ciudad proyectada antes de las elecciones por los episodios de Correos y del nº 6 de la candidatura del PP de Imbroda, Bilal Burrahay, adobado por las vergonzosas declaraciones del mismo Imbroda y del delegado del gobierno sobre el voto por correo, y de la aún peor imagen después de las elecciones, con un apagón informativo sobre los resultados electorales, que no se dieron provisionalmente hasta 20 horas después de cerrados los colegios electorales, desde LOS VERDES constatamos que desgraciadamente teníamos razón cuando decidimos no participar en las elecciones.
Dijimos entonces que la prioridad para la izquierda era evitar el triunfo del PP y, presentar diversas candidaturas a la izquierda del PSOE –que presumiblemente no conseguirían representación- favorecía al partido de Imbroda al dividir un voto que se convertía en inútil y positivo para el PP.
Evidentemente, si Podemos, IU, Equo y Los Verdes hubieran presentado una candidatura conjunta hubieran conseguido como mínimo un concejal que hubiera disminuido los de la derecha. Imposibilitada esa confluencia por los personalismos estériles de dos personajes arrogantes y engreídos y la ineptitud de otros, si no hubieran participado en las elecciones, el PSOE, Ciudadanos y CpM hubieran conseguido más representación que hubiera disminuido las del PP de Imbroda aún más.
No obstante, vistos los resultados, se abre una nueva etapa en Melilla que esperamos que se confirme en las próximas elecciones generales de noviembre. Los partidos de la oposición tienen una oportunidad de oro para presentar una alternativa que cambie definitivamente la correlación de fuerzas en la ciudad y por supuesto el cambio de imagen necesario para favorecer el futuro de la ciudad y de sus ciudadanos.
