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Historia de una capona y un visado de Ojana

melillahoy.cibeles.net fotos 1232 Juan Aranda web

Esta es la historia de un matrimonio, con un hijo, que arribaron a Melilla, a finales del XIX, procedente de la baja Andalucía. Huyendo de la miseria que asolaba gran parte de esa región, al principio, iban a viajar a Panamá, que con mucho sacrificio sacaron el pasaje en el buque "Heliópolis", para trabajar en el famoso canal, que entonces se estaba construyendo. Pero por consejo de un familiar que había participado en la "Guerra de Margallo" (1893), les indicó que en Melilla, en aquéllos años la ciudad crecía a buen ritmo, económicamente; precisaban de carpinteros, albañiles, carreteros, herreros, pero sobre todo de gente entendida en animales equinos, y de eso este hombre era un verdadero experto.

Dadas las circunstancias en que se encontraban, ya que lo habían perdido todo, en una de las riadas que asoló su ciudad, no se lo pensaron mucho: Tenían ahorradas dos mil pesetas en billetes "Calderones" de 50 ptas, y un par de "Jovellanos", de 100 ptas, (billetes llamados así porque en su anverso figuraban los rostros de estos escritores). Acto seguido devolvieron los pasajes del "Heliópolis", y adquirieron los del "Mahón", viejo vapor que hacía la línea-correo entre las dos ciudades: Málaga-Melilla; ciudad ésta donde la gente vivía cómodamente, sin tener que pensar en las crecidas de un río, que cada año se llevaba por delante "muchas vidas y haciendas".

Una vez desembarcados en Melilla, este familiar les informó que la entrada a la Plaza, debían ser avalados por alguien residente, de moral intachable acreditada; ya que sin ese requisito tardarían mucho tiempo en lograr el permiso de las Autoridades Militares. Decían que muchas personas eran devueltas a sus lugares de origen, por ser gente de "mal vivir".

El familiar se las ingenió, con los avales de varios amigos influyentes, para que la familia pudiera entrar libremente a Melilla, y además les procuró el beneficio de una Capona, que según el Diccionario de Argot Militar, de Félix Rodríguez: Una Capona es una ración militar de etapa, o de campaña, que se daba al Ejército, y a sus familias, en tiempos de las Guerras de África; comprendiendo determinadas cantidades de aceite, pan, legumbres, carne, vino, etc.

A los pocos días al marido le salió un trabajo de herrero, en uno de los edificios que se estaban construyendo en el ensanche de la ciudad; y mientras, la esposa arreglaba, enjalbegando el humilde hogar, de dos piezas, que alquilaron en el naciente barrio del Polígono, como acostumbraba hacer en su ciudad natal.

Muchas mujeres que tenían que servir en casas de gente "de posibles", dejaban sus hijos en la casa de "La Maestra"; le llamaban "La Maestra", porque montó una miga (guardería), ya que sabía escribir, leer y calcular con un ábaco. Muchas madres dejaban a sus retoños con toda la confianza, porque sabían que en esa miga, sus hijos casi siempre pillaban un tazón de leche, o un trozo de pan con aceite, igual que Fernando, el hijo de apenas 6 años. Si éste merendaba, los demás también lo hacían, motivo por el cual el marido, muy castizo, llegó a bautizarla como: "La Miga del Sopapo".

Después de varias décadas, ese niño se hizo hombre, consiguió una plaza de funcionario, y se casó con una joven de buena familia, y tuvieron varios hijos; y como ya corrían los años 50 del siglo XX, uno de éstos emigró a Cataluña, porque los 12 kms. de Melilla se le quedaban estrechos. Éste joven emprendedor, también echó raíces en la Ciudad Condal con una joven, oriunda de Granada, por parte materna, y de Melilla por la paterna. Así que ya tenemos a un melillense, casado con una catalana, cuyos padres de ambos, son de Melilla, Málaga y Granada. Lo que peyorativamente llaman en Cataluña: Unos "Charnegos".

Y ahora, en la actualidad, en el siglo XXI, uno de sus hijos, nacido en Cataluña, amando su tierra, en lo más profundo de su corazón, y con sentimientos un tanto secesionistas, se le ocurrió comunicarle a un tío, hermano de su padre, que le agradaría mucho depositar encima de la tumba de sus abuelos paternos, la "Senyera" o la "Estelada Blava" (azul). El tío, con su retranca, le dijo, que como sus abuelos siempre fueron muy de izquierdas, en vez de la "Estelada Blava", lo correcto sería que fuera la "Estelada Vermella" (roja). También le rogó, por favor, en caso de que Cataluña algún día fuera independiente, y de tener que viajar allí, le avalara con un visado, como a sus bisabuelos les hizo otro familiar, cuando éstos llegaron a Melilla, a finales del XIX. Es que aparte de ser hermano del padre, él sabía que su tío era "gente de buen vivir". La "Capona", se la podía ahorrar, porque para tapiñar le bastaba con su pensión. ¡Ah!, también le pidió un pito, como lo oyen: Un pito con los anagramas de la "Senyera", y la "Barretina": "Pero quiero que pite, ¡eh!, y bien fuerte, para que tus abuelos, y bisabuelos, desde La Purísima, que se hallan enterrados junto a algunos paisanos tuyos, Héroes del 2º Batallón de Voluntarios de Cataluña, que defendieron la ciudad de Melilla en el Sitio de 1774-1775, lo oigan desde sus tumbas silenciosas", le dijo. Y no contento con desear que el pito pitase con brío, añadió: "Y ahora mi querido sobrino, te digo que por los arrabales de mi cular orificio, ojo que carece de niña, donde a veces se reúne en sutil pelotón, un pesado aire salitroso, el que al menor esfuerzo rompe todas las bisagras y pliegues merdosas, con un puro y sincero amor fraternal, te dedico, cual trueno, el caldo al resonar que siento en mi barriga, con un pappappar ruidoso, un estallido, y con un pappapppapppar alborotado, sepas que haré la caca; pero permanece tranquilo, hijo mío, que yo quedaré a gusto y bien sosegado. Un beso muy fuerte y un abrazo. Tu tío: Perico el de los Palotes".

Joder con el tito.

P/D Cualquier parecido con la realidad, es pura coincidencia.

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Juan J. Aranda

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