El candidato de Ciudadanos (C’s), Eduardo de Castro, cree que las impugnaciones que han presentado a las elecciones tanto Equo como Coalición por Melilla (CPM) no es algo que considere positivo ni negativo, ya que es una opción “simplemente legal y pueden hacerlo”. Sin embargo, recuerda que si su partido ha decidido no recurrir a ella “es por algo”, aun cuando considera que el Gobierno de turno debería haber actuado sobre cuestiones que han ocurrido en las elecciones y que han motivado dichos contenciosos electorales, como por ejemplo, los sobres de distinto color que hubo el 24-M. De todos modos, habló claro para MELILLA HOY al afirmar que la impugnación “es una estrategia para ganar tiempo y seguir hablando”, dado que no se le ocurre “otra finalidad” para retrasar la constitución de la Asamblea 20 días sobre los planes iniciales. Para De Castro, esta situación de espera hasta el 3 de julio para iniciar la nueva legislatura no causa perjuicios, como el PP asegura al lamentar que habrá una paralización de la Administración. “Eso de que ahora se paraliza… como que no”, comentó el líder de Ciudadanos, para quien la única diferencia que supone dejar la constitución de la Asamblea para 20 días más tarde es que los diputados electos pasarán “más calor” que si la toma de posesión fuera hoy, como inicialmente estaba previsto.
Postura sin cambios
Hoy se cumplen 20 días desde que se celebraron las elecciones y los melillenses decidieron con sus votos el reparto de los 25 escaños de la Asamblea. C’s, recién llegado con dos diputados, cree que es la única de las formaciones políticas que no se han movido de su planteamiento inicial, ya que sigue “en la misma línea” de no apoyar a las listas que tengan imputados. Una “condición sine qua non” que afecta a las dos listas más votadas y que son, supuestamente, las dos llamadas a liderar cualquiera de las dos opciones posibles para gobernar Melilla durante los próximos cuatro años.
“Creo que somos los únicos que no nos hemos movido, nosotros no estamos en ningún bando, estamos en el nuestro”, dejó claro Eduardo de Castro, que no ha modificado esta postura ni siquiera cuando su nombre se puso sobre la mesa como posibilidad para ser el presidente de Melilla. El líder de C’s puntualizó que él no fue quien sacó su nombre en la reunión con la oposición, sino que fueron “los demás”, al igual que ocurrió con la socialista Gloria Rojas. Ambos, aseguró, dijeron que no.
En el caso de Ciudadanos, porque como reiteró ayer, este partido no piensa gobernar ningún Gobierno que no presida, algo para lo que él mismo se exige tener la mayoría. “Con dos diputados, no me siento legitimado para presidir ningún Gobierno”, se sinceró De Castro al recordar que la coherencia es lo que guía la actuación del partido ‘naranja’ porque es algo que los electores buscaban al depositar en ellos su confianza. De lo contrario, afirmó, habrían votado a otras formaciones, pero eligieron a C’s porque tiene “unas ideas concretas”.
El apoyo en Melilla
Eduardo de Castro puso como ejemplo lo que ha ocurrido en la Comunidad de Madrid y la Junta de Andalucía, donde C’s ha dado su apoyo a PP y PSOE, respectivamente, una vez que han aceptado una serie de exigencias. Que en Melilla se repita esa estampa es algo, dijo, que “depende de Imbroda”, que es quien está ofreciendo “resistencia” a esas condiciones de Ciudadanos.
Por lo tanto, en palabras de De Castro, Imbroda es quien tiene que “mover ficha” porque “es quien tiene el problema” al incluir en su lista a cuatro personas imputadas. Si éstas salen de la lista popular, Ciudadanos estará dispuesto a sentarse a hablar.
Eso no significa, aclaró el candidato de C’s, que este partido forme parte de ningún bloque. “A mí no me manda nadie, salvo mi partido”, dejó claro Eduardo de Castro, en cuya opinión no es lógico que los partidos localistas intenten manejar a los partidos nacionales. En la mesa de la oposición, recordó, hay dos de cada tipo.
Por todo ello, reiteró lo que ya ha dicho otras veces, y es que los dos escaños de Ciudadanos estarán en la oposición, donde su preocupación es que “funcione y lo haga con las reglas del juego democrático”, como es realizar su labor con transparencia, participación, control, inspección y fiscalización al Gobierno, tal y como establece la Constitución.
