Veinte días más de espera en una Asamblea sin mayoría absoluta aunque con un partido que sobresale sobre los demás. Pero nada está claro y no habrá otro remedio que esperar al 3 de julio para ver qué pasa finalmente con el futuro de la principal institución de Melilla Este sábado 13 de junio, a partir de las 12.30 horas, estaba fijado el acto de constitución de la Asamblea de Melilla, como recoge las tarjetas de invitación firmadas por el presidente en funciones de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda. Sin embargo, como estaba previsto, la Junta Electoral Central comunicó ayer el aplazamiento de esta sesión después de que este viernes se produjeran dos impugnaciones. La primera, poco después de las 09.30 horas de la mañana, por parte de Equo-Melilla, que registraba un contencioso electoral en el que solicita la repetición de las elecciones autonómicas y municipales en Melilla por la presunta "compra de votos" a través del voto por correo. Posteriormente, sobre las 20.30 horas, era Coalición por Melilla (CPM) la que hacía oficial su recurso, aunque en su caso pidiendo la nulidad de los sobres con votos de diferente tonalidad de color, al sostener que era una forma de control del sufragio por parte del PP, a cambio de prebendas.
Estos dos recursos, como decimos, han obligado a posponer la sesión de investidura prevista para este sábado 13 de junio, hasta el próximo viernes 3 de julio, y por tanto no podrán tomar posesión los 12 diputados electos del PP, 7 de CPM, 3 del PSOE, 2 de Ciudadanos (C's) y uno de Partido Populares en Libertad (PPL), así como la elección del presidente de la Ciudad y los vicepresidentes primero y segundo de la Mesa de la Asamblea.
Mientras el número uno del PP y candidato a la reelección, Juan José Imbroda, mostraba públicamente sus quejas por la paralización de administración que suponen estas impugnaciones; el otro gran protagonista de este contencioso, Mustafa Aberchán, manifestaba por su parte que "no hay nada que paralice la Administración, es algo que se está diciendo para confundir".
Lo que es evidente es que, salvo que la Junta Electoral decida lo contrario y no eleve al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía las dos impugnaciones, todo hace indicar que tendremos que esperar veinte días más para conocer el nuevo presidente y por consiguiente su nuevo Gobierno. Un tiempo que ralentizará aún más la administración autonómica de lo que lo está, porque estará dirigida por un Ejecutivo en funciones, con lo que eso supone. Veinte días más de incertidumbre en una Asamblea sin mayoría absoluta aunque con un partido que sobresale sobre los demás. Pero nada está claro y no habrá otro remedio que esperar al 3 de julio para ver qué pasa finalmente.
