Aunque las y los melillenses que han optado por el cambio político en la ciudad supera en más de 4.000 votos a los que prefieren que todo siga igual, y al margen de la compra de votos y el clientelismo asfixiante, la verdad es que no espero ninguna sorpresa en la constitución de la asamblea de Melilla el próximo viernes.
Ahora bien, para mi sorpresa, si hablas del tema con los melillenses, todos esperan algún tipo de decisión insólita y sorprendente, influidos por la historia corrompida y rancia de la política melillense. De toda. Un servidor continúa pensando que no habrá ningún sobresalto extraño el próximo día 3, y que Imbroda y sus acólitos volverán a gobernar la ciudad a pesar de las descomposiciones estomacales de los implicados ante la guerra de rumores interesados que estos días circulan por doquier. Entre otras cosas porque hay elecciones generales en noviembre y los partidos nacionales no admitirían, en ningún caso, aventuras extrañas e incomprensibles que diera munición al contario y sobre todo a las televisiones que “martillean” desde Madrid a los contendientes. Otra cosa será lo que pase después de las elecciones generales y dónde tendremos que estar vigilantes y comprometidos con la limpieza democrática. El pescado, ahora, está todo vendido.
Alguna cosa sí que ha cambiado, empero. Y estoy convencido que los melillenses no perdonaremos jamás a los partidos de la oposición –CpM, PSOE, C’s y PPL- si no aprovechan su mayoría para ejercer un control férreo sobre las formas y maneras de servirse del poder por parte del PP, sobre los presupuestos, sobre la transparencia y sobre la participación democrática de los ciudadanos en la toma de decisiones: en definitiva sobre la vida de todos nosotros.
Es imprescindible que la oposición realice una auditoría de las cuentas de la ciudad que facilite a la UCO y a los jueces –a pesar de la nueva fiscalía- los datos que empiezan a tener de las irregularidades cometidas por las confidencias de algunos que están buscando ya su posicionamiento futuro como testigo protegido.
Y es también imprescindible que la oposición devuelva el poder a los melillenses. Mecanismos como las asambleas ciudadanas, la consulta de decisiones importantes, la claridad y la implicación de todos se antojan imprescindibles. Que así sea.
