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El espacio de Aranda

“No es el momento oportuno”

melillahoy.cibeles.net fotos 1267 Juan Aranda web

Señor Benkirán, Presidente del Gobierno de Marruecos: por mi puede usted buscar el momento para hablar de Ceuta y de Melilla, cuando lo desee. Se lo digo tal que así, porque en España, tenemos una Carta Magna, donde en su art. 20/A dice, que los españoles podemos expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas, opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción. O sea, que no tenemos que esperar que nuestro Rey, como ocurre en su país, decida lo que debo, o no, decir con respecto a nuestra soberanía nacional. Todo este preámbulo viene porque usted ha dicho que ahora “no es el momento oportuno de hablar de Ceuta y Melilla”, que su país considera propias. Y si como bien dice que España, como “socio económico fundamental, y hogar para cientos de miles de marroquíes”, tiene intereses con Marruecos, su discreto comportamiento es muy loable para todos, que yo, como un españolito de a pié, y por la parte que me toca, le quedo agradecido.

Y si recordó las palabras de Hassán II, quien decía que la solución al “problema” de las dos ciudades, debía ser paralela al caso de Gibraltar, hace muy bien en no hacer demagogia sobre el mismo, porque ambos problemas son diametralmente distintos, y el fallecido monarca bien que lo sabía, pero su malévola sutileza no sirvió entonces, ni sirve ahora tampoco. Igualmente yo aplaudo la prohibición, a las convocatorias reivindicativas, que le han hecho al polémico Yahya, en el Tarajal, y la puesta de banderas en ninguno de los islotes españoles, cercanos a Melilla. Discúlpeme, pero creo que su gobierno debe sentir las sempiternas reivindicaciones que este hombre hace a España, como una mosca cojonera, porque la verdad es que es un verdadero coñazo de tío.

Como ya es tan manido el tema, es conveniente que los lectores sepan, sucintamente, que en los múltiples Tratados que nuestros dos países han firmado en los 5 siglos que Melilla es España, (no de ella), que el 24.08.1859, se firmó en Tetuán un Convenio, cuando reinaba en su país Muley Abderrahman Ben Hixen, y en España Isabel II, para la ampliación de los términos jurisdiccionales de Melilla.

El 23.02.1860, bajo la sombra de un gran roble, el General O'Donnell se entrevistó con varios comisionados de Muley Abbas, para firmar el Armisticio y un Tratado de Paz. El Tratado consta de nueve artículos muy importantes para la historia de mi ciudad, Melilla, pero solo leeremos lo que O'Donnell le comunica a nuestro Presidente del Consejo de Ministros: “El General Jefe del Ejercito de África, dice al Sr. Presidente del Consejo de Ministros con fecha 25 del actual, desde el campamento de Wad Ras, lo siguiente: Excmo. Sr.: Los comisionados de Muley Abbas se presentaron ayer de nuevo en mi campamento con una carta del Califa en que me encarecía vivamente sus deseos de paz, (…..). Tenía yo dispuesto emprender un movimiento, cuyo resultado debía ser el forzar el paso del Fondac, y deseoso de no retardarlo le contesté (….) que la tendría gustoso, pero de no avisarme a dicha hora, emprendería mi operación. Ya había el Ejército batido tiendas (….), cuando a toda brida llegaron los comisionados a avisarme que Muley Abbas asistiría a la entrevista (….). Hice disponer una tienda a seiscientos pasos de mis avanzadas para recibirle, y cuando se aproximó salí a su encuentro, dejando mi Cuartel General y escolta a trescientos pasos, y acompañado solo de generales. En la conferencia fueron sucesivamente aceptadas todas las condiciones. La insistencia con que pedía la paz, su elevada condición de Califa y la dignidad con que soporta su desgraciada suerte me movieron a rebajar a 20 millones de duros la indemnización; no me pareció generoso para mi Patria humillar a su enemigo, que si se reconoce vencido dista mucho de ser despreciable.(……). Hoy emprenderé y llevaré a cabo el movimiento de entrar en línea divisoria. Lo que pongo en noticia de V.E., para que llegue a la de Su Majestad. Dios guarde a V.E. muchos años. Campamento de Wad Ras. 25 de Marzo de 1860. Firmado: Leopoldo O'Donnell”.

Fíjese que diferencia el rasgo de nobleza que tuvo este gran militar, con la ignominia que practicó Abdelkrím en el verano de 1921, con nuestros soldados, que se rendían sedientos, enfermos y depauperados en las distintas posiciones, como en Arruit, Zeluán, Drius, y en todas las que depusieron las armas.

Este Tratado de Paz se firmó en Madrid el 30.10.1861; siendo la línea del nuevo territorio español fronterizo a Melilla, límite de la jurisdicción española, partiendo de un punto de la playa arenosa al sur de la Plaza, y distante de ella 2.900 metros contados en rumbos, desde el Torreón de Santa Bárbara (actual Casino Militar).

Dicho primer punto se dirige con rumbo Norte 34º Oeste, en una extensión de 1040 metros, en cuyo extremo cambia dirigiéndose al Norte y 86º Oeste en una extensión de 1.100 metros. Por ese motivo yo siempre he llamado a mi ciudad: “Melilla la abanicada”.

Como sé que usted, como Primer Ministro, tiene acceso a estos documentos, sería muy conveniente que se los presentase a S.M, para “cuando éste tenga a bien que ha llegado el momento oportuno”, antes le de un repasito.

Y sobre lo de Gibraltar solo debe leerse el Tratado de Utrech, pero poniendo mucha atención en el art. 10; que como es algo extenso me he limitado a copiar el último párrafo, que dice: “ …..Si en algún tiempo a la Corona de la Gran Bretaña le pareciere conveniente dar, vender, enajenar de cualquier modo la propiedad de la dicha Ciudad de Gibraltar, se ha convenido y concordado por este Tratado que se dará a la Corona de España la primera acción antes que a otros para redimirla”. O sea, que los gibraltareños, que circulan por la derecha, y hablan como cualquier gaditano de la zona, tienen que joderse (con perdón) porque, o siguen siendo unos colonos de Inglaterra, o se convertirán en españoles, como este que le escribe.

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