Oníricos que a mis pensamientos, los hacen bohemios camino de despierto surrealismo, lo que me pasa por quererte tal como eres, reina de mis vivos sueños. Deambulas constantemente persistiendo en mis pensamientos, aquellos que eran fluidos, y hoy los confinas regulados en mi hipotálamo como si simplemente te hubiera querido, cuando tú sabes que por pensar en ti he perdido el juicio. 07.07.17
Quizá, locura de amor masculino que, sin llamarme Juan ni ser Tenorio, ni siquiera Hermoso y tampoco el Felipe de tu vida, sólo soy el que soy, Manuel y pichi de correrías, de un Lavapiés con chulería. Dime Manola mía, si con mis sueños te molesto por entrar en la noche como Candelas (sin ser Luis) en tu cerebro, robándote lo que más quiero en la corrala de la vida. Sabiendo como sé que estás en vela en la noche y en el día. Haces a tu corazón siniestro, cuando tú lo escondes a hurtadillas, contemplando como te quiero. O será por intriga, confundiéndome, todo onírico y oneroso, quizá porque mi obcecación es la culpable de todo, por tu continua ignorancia a la vista de todos. Deseos que fluyen desde mi adentro vespertino convirtiéndose en el atardecer cuan volcán de mis íntimos sentidos. Todos los que tu rechazas como distraídos desvelares mañaneros de humor cuajado en tus bellos ojos. Quisiera ser agua que lavara tu rostro y lavar tus despertares y cerrados párpados, y ser burbuja del jabón que limpiara tu faz, como pompa cariñosa que te quisiera llevar en volandas alejándote de los otros, absurdos y falsos indicios de promesas sin fundamento real. Desquicios sin juramento que solo serán para ti, intrigas… alejadas de todo compromiso.
Serán otros ensueños, pero estos, sin fundamento, serán bohemios… demócratas echados a la calle.
